En estos tiempos de noticias inquietantes, es posible que te hayas sentido abrumado por la tristeza, la ira o incluso al borde de las lágrimas al ver las noticias. La empatía, la capacidad de conectarse emocionalmente con otros, es una herramienta poderosa, pero puede tener desventajas. Aprender a practicar una empatía saludable es esencial.

La empatía es vital para construir relaciones sólidas y sentirnos más conectados con los demás. Además, se asocia con una mayor autoestima y propósito en la vida. Sin embargo, la empatía emocional, que implica compartir sentimientos con otros, puede volverse abrumadora, especialmente cuando priorizamos las emociones de los demás sobre las nuestras.

Sin embargo, la empatía en exceso puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Es fundamental encontrar un equilibrio entre empatía y compasión, que implica actuar para aliviar el dolor de los demás sin perder el sentido de nuestro yo.

Los efectos en el cuerpo

El impacto de la empatía va más allá de lo emocional. Se ha documentado que tener altos niveles de empatía puede conducir a la inflamación crónica y una inmunidad más baja. Además, cuando nos identificamos con los demás, nuestros corazones tienden a latir al mismo ritmo. La empatía puede generar fatiga por compasión, un agotamiento emocional relacionado con sentir el sufrimiento de otros.

Es importante destacar que la empatía y la compasión son procesos cerebrales diferentes. La empatía emocional involucra áreas cerebrales asociadas con emociones negativas, mientras que la compasión se relaciona con emociones y acciones positivas.

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La importancia de la compasión

Es esencial comprender la distinción entre empatía y compasión. La compasión es el antídoto contra la angustia que experimentamos cuando nos identificamos con el sufrimiento de otros. La compasión nos permite actuar para ayudar sin sentirnos abrumados por las emociones negativas.

La compasión se define como empatía más acción para aliviar el dolor de otra persona. Al practicar la compasión, podemos distanciarnos de las emociones negativas y sentir el deseo de ayudar. La compasión no reduce las emociones negativas, sino que aumenta las activaciones cerebrales relacionadas con emociones positivas como el amor, la esperanza y la conexión.

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Cuatro formas de practicar la compasión

  • Meditación de Bondad Amorosa: Cuando te sientas abrumado por las noticias, practica una meditación de bondad amorosa. Enfócate en enviar amor a ti mismo y a quienes están sufriendo. La meditación de bondad amorosa crea un amortiguador de emociones positivas, lo que te permite pensar en cómo ayudar y actuar de manera práctica en situaciones abrumadoras.
  • Autocompasión: Evita castigarte por no poder ayudar y recuerda que el sufrimiento es parte de la experiencia humana. Practicar la autocompasión puede reducir la angustia del agotamiento empático.
  • Acción: La compasión te impulsa a actuar. Donar, ser voluntario y organizar son formas de contrarrestar la angustia empática. La acción te ayuda a sentirte motivado para ayudar sin sentirte abrumado por las emociones negativas.
  • Controla el "Doomscrolling": Limita tu consumo de noticias para evitar el aumento del estrés. Encuentra un equilibrio en tu consumo de medios al buscar historias de actos de bondad que pueden levantar tu ánimo.

Fuente: bbc.com.