Lucha contra la adversidad es algo que tendremos que hacer durante toda nuestra vida. No importa en qué situación nos encontremos, ya sea desde el privilegio de haber nacido en un lugar con acceso a todos los servicios y además a muchos lujos que algunos solo pueden soñar, o si toda tu vida has luchado por sobrevivir y tus preocupación es si mañana podrás alimentar a toda tu familia. El ser humano ha nacido para sortear la adversidad.

Esta realidad innegable es algo que el pensador Seneca contempló durante la caída y renacimiento del imperio romano después del incendio que hasta el día de hoy, se cree que fue provocado por el emperador Nerón. Lo que pocos saben, es que Lyon ayudó a reconstruir Roma y un año después, fue el turno de que Roma ayudara a Lyon a renacer de entre las cenizas cuando un incendio les demostró que nadie se salva de la adversidad.

Nuestras mentes deben anticiparse al futuro para resolver todos los problemas, y debemos considerar, no lo que tal vez no suceda, sino lo que sí puede suceder

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Prepararnos para la vida entendiendo la muerte

Una de las principales características del pensamiento de Seneca es adelantarnos a los hechos. ¿Cuál es la única resolución que tenemos todos los humanos? La muerte. Nuestro cuerpo es una máquina que un día no funcionará y moriremos. Al final de cuentas, somos distintos al nacer, pero todos somos iguales al morir.

Vivimos en un mundo en el que todo muere, sólo lo hace a distinta velocidad y tal vez no nos damos cuenta, pero con el tiempo todo desaparece. Reconciliarnos con la idea de que abandonaremos este plano existencial es una manera de entender la mayor adversidad. Después de eso las cosas resultan mucho más fácil.

Cada día está lleno de nuevos problemas, pero necesitamos enfrentarlos racionalmente. Saber que con el tiempo serán insignificantes nos puede motivar a sortearlos sin desgastarnos mentalmente. ¿Realmente eso por lo que estás pasando ahora será relevante en algunos años?

Hay personas que no saben cómo llegarán al día siguiente, cómo alimentarán más bocas que las suyas y si pueden asegurar que sus seres queridos sobrevivan; esas son preocupaciones que no pueden minimizarse. Sin embargo, hoy el resto de la gente es experta en vivir ansiosa por motivos distintos, por nimiedades que nublan su visión a largo plazo y la ponen en un estado de alerta ante situaciones innecesarias.

La adversidad se nos presenta siempre, pero debemos enfrentarla con lógica, seriedad y un poco de realismo. No siempre tendrá que ser una fuente de preocupación, sino un reto a superar, para que al llegar un momento realmente adverso, podamos enfrentarlo sin paralizarnos por el miedo.

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