Si en algún momento te has preguntado qué es la propiocepción, te comentamos todo acerca de qué trata este “sexto sentido” en los seres humanos. Respondiendo también cómo es su funcionamiento y para qué se usa.

Eso, llamado propiocepción, tiene que ver con saber ubicar las partes del cuerpo sin la necesidad de usar la mirada para seguirlas. Siendo una sensibilidad neurológica que, debido a la evolución, ha sido de gran ayuda para los seres humanos.

¿Cuál es el significado de propiocepción y de qué se trata?

Propiocepción

Primero es importante entender el significado de propiocepción y de qué se trata, antes de adentrarse en los ejercicios que ayudan a impulsar esta habilidad. Ahora bien, la propiocepción es la percepción de forma inconsciente de los movimientos y la posición del cuerpo, independiente a la visión.

En otras palabras, el significado de propiocepción tiene que ver con la capacidad del cerebro para reconocer con exactitud la posición de cada parte que lo conforma, en cada momento y movimiento. De acuerdo con los especialistas en el tema, toda persona posee esta sensibilidad. No obstante, es probable que esto disminuya al permanecer mucho tiempo inmóvil o sentado.

La propiocepción actúa como una especie de mecanismo de defensa frente a los movimientos que pueden generar lesiones en alguna articulación. Si no es la adecuada, bien sea desproporcionada o lenta, ocasionaría lesiones graves. Ejemplo, cuando pisas el borde de un desnivel o una piedra del terreno.

Podría decirse que es la comunicación que se transfiere por el sistema nervioso Central. Dando instrucciones a los músculos de cómo centrarse, a los ligamentos de cómo llevar a cabo un sostén entre los huesos y la cápsula articular. Para resistir cualquier torsión, tracción, golpe o vibración. Así, los movimientos se realizan de manera eficaz y coherente.

¿Todos nacen con propiocepción?

Esta es otra pregunta interesante, además del significado de propiocepción. También recibe el nombre de kinestesia, siendo el mecanismo subyacente que se encarga de la autorregulación del movimiento y la postura. Mediante los estímulos que se producen en los receptores sensoriales que están incrustados en las articulaciones, músculos, tendones y el oído.

Sin embargo, para cada cuerpo este “sexto sentido” está más o menos desarrollado, partiendo de la herencia genética o el ambiente en el que se desenvuelven las personas cotidianamente. Otros factores que pueden reducir la propiocepción son: No hacer ejercicio de manera cotidiana, haber sufrido una lesión y llevar un estilo de vida sedentario.

Pese a que alguna parte del organismo haya quedado inmovilizada, la persona aún pose propiocepción en otras partes del cuerpo. Especialmente, porque el sistema nervioso es el encargado de mantenerla en funcionamiento y con agudeza. De forma específica, los propioceptores, que se encuentran en los músculos, en las articulaciones y en la piel, perciben los estiramientos y tensiones. Llevando la información de regreso al cerebro.

Algo como esto es de gran ayuda, de forma natural, a tomar decisiones inconscientes acerca de cómo mover el cuerpo, estirarse y desplazarse. Según lo que se requiera en una determinada situación. Un ejemplo de esto es meter las manos si te llegas a caer.

Tipos de propiocepción

Propiocepción

De acuerdo con el conocimiento que existe sobre la anatomía humana, los especialistas consideran que existen dos tipos de propiocepción. Uno es el consciente, el cual se encuentra regido por el cerebro; y el otro es el inconsciente, que viene regido por el cerebelo. Es por este motivo, que la mejor forma de cultivar esta habilidad es a través de los ejercicios de equilibrio.

Así mismo, es de gran importancia que pruebes cómo te sientes al estar sobre una pierna, un brazo, una rodilla, prestando atención con detalle a la sensación. Observando cómo te sientes en el lado izquierdo y el lado derecho.

Funciona muy bien trabajar en superficies que sean irregulares o incluyendo objetos, como las cuerdas o balones. Podrás, además, trabajar el balance con tu cuerpo, reforzando la coordinación. El cual es el movimiento central para trabajar eficientemente la propiocepción.

Ejercicios de propiocepción que puedes aplicar

Estos son algunos ejercicios que puedes aplicar si deseas fortalecer la propiocepción.

Balanceo de pierna

Partiendo de una posición vertical, te quedas sobre un solo apoyo. Colocando la pierna contraria en movimiento péndulo. Primero debes hacerlo hacia adelante y luego lo más atrás que puedas, intentando que dicha pierna vaya lo más estirada que sea posible. Ayúdate de la posición de los brazos, para que evites el balanceo del tronco. Esta es una posición muy parecida a la que hace una mariposa.

Pasar la pelota con apoyo de una de las piernas

Colócate en equilibrio usando un solo pie. Pídele a una persona que sea tu compañera, y que te ayude a pasar una pelota hacia tus manos. Deberás reaccionar para atraparla, mientras intentas mantener el equilibrio con un solo pie como apoyo.

Split

Estando en una posición vertical, inclínate sobre una pierna y la adelantas intentando llegar lo más lejos posible, sin necesidad de mover el pie de apoyo. Para este ejercicio, es de gran importancia evitar los desequilibrios laterales. Manteniendo la posición del tronco estirada en todo momento, con la vista al frente. Ayúdate con los brazos bien extendidos hacia el frente.

Patineta

Para este ejercicio de propiocepción deberás contar con la ayuda de una patineta. Deberás situarte con ambos pies sobre esta. Así mismo, debes contar con la ayuda de un compañero para realizar dicho ejercicio. Y tu compañero tiene que colocar los pies pegados a las ruedas de la patineta, para impedir que se mueva. Ahora, tienes que realizar flexiones usando ambas piernas, mientras mantienes el equilibrio y procuras mantener el tronco de forma vertical.

Saltos y frenada con un solo pie de apoyo

Propiocepción

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Coloca el tronco hacia adelante, realiza tres saltos verticales seguidos usando ambos pies al mismo tiempo. Y en el tercer salto utiliza un solo pie de apoyo para frenar. Es muy importante que recuerdes hacer esta frenada con una semiflexión de pierna. Hacer esto evitará que ocurra una posible lesión de las articulaciones.

Desplazamiento lateral y frenado

Para realizar este ejercicio, debes hacer entre 2 y 3 desplazamientos de carrera de manera lateral. Frenando el último desplazamiento usando un solo apoyo, en este caso será el pie que tienes avanzado. Es de gran importancia que evites flexionar el tronco, y si es posible, cierra los ojos en el momento que quedes con un solo pie de apoyo.

Shipping dinámico hacia adelante y hacia atrás

Haz pasos de carrera mientras subes las rodillas, utilizando las puntas de los pies como puntos de apoyo. Tienes que hacer entre unos 5 y 6 pasos hacia adelante, seguidos de unos 5 y 6 pasos hacia atrás. Algo como esto también es considerado un excelente ejercicio de propiocepción.

Isométrico sobre fitball

Si lo que deseas es fortalecer los músculos del torso, mientras trabajas la propiocepción, tienes que colocar los pies sobre una fitball. Situando el cuerpo de forma perpendicular con el sueño, usando el antebrazo como único apoyo con el sueño. Para un ejercicio como este, debes recordar contraer constantemente los glúteos y abdomen. Estirando lo más que puedas, de manera vertical, el brazo no se encuentra como apoyo.

Deslizar la fitball hacia adelante

Contando con la ayuda de una fitball, colócate con las piernas abiertas hasta la anchura de la cadera y las manos sobre la fitball. Ve colocando el peso hacia adelante dejando, de manera progresiva, las puntas de los pies apoyadas en el suelo. Hasta que quedes en una posición horizontal con el suelo, con los brazos extendidos. Así podrás trabajar deltoides, los músculos del torso y la propiocepción.

Sentadillas usando fitball

Utiliza una fitball como apoyo sobre una pared, te sitúas con la espalda sobre la fitball y haces media flexión de pierna, usando solo un apoyo. La pierna que no tienes apoyada, es la que vas a extender hacia adelante, mientras que mantienes los brazos en posición paralela con el suelo.

¿Cuáles son los objetivos de estos ejercicios?

Entrenar en situaciones donde se requiera un mayor uso de los ligamentos o de los músculos, permite elaborar una mejor respuesta del cuerpo. Sin la necesidad de hacer movimientos exagerados que puedan provocar daños graves, más allá de una torsión, vibración o golpe. Cosas que son comunes al hacer ejercicios como estos.

Un ejemplo donde esta clase de ejercicios es de gran ayuda puede ser el siguiente: Vas corriendo y por accidente metes el pie en un hoyo, situación en la que has dado un “mal paso”, provocando daños en las partes laterales o frontales del tobillo. Ahora bien, cuando los ligamentos han sido fortalecidos, no serán afectados tan fácilmente. Y el cuerpo responderá apropiadamente para mantener el equilibrio del peso y posicionándote para no lastimar dicha articulación.

Fuente: Muy interesante, Clarín.