Los persas, además de ser grandes guerreros, fueron una cultura extremadamente rica e influyente que aportaron a su época los mejores inventos del momento. Uno de estos inventos fueron los Yakhclal o pozos de hielo.

Seguramente nunca te podrías haber imaginado que los persas hacían esto hace más de 2.400 años. Este es uno de sus mayores secretos mejor guardados.

A pesar de no existir aún la electricidad, los persas inventaron la tecnología necesaria para obtener hielo sin ningún tipo de esfuerzo. No creas que producían hielo para unas pocas bebidas, eran capaces de crear toneladas de hielo, suficiente para congelar piezas de comida completas.

Esta construcción basa su funcionamiento en la refrigeración por evaporación y cuenta con dos elementos claramente distinguidos, el lugar de fabricación y el lugar de almacenaje.

El Domo, lugar de almacenaje, es una cúpula que se asemeja al exterior de un panel de abejas cuya base está enterrada para mantener la temperatura.

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La zona de producción se encuentra anexa al Domo y consta de:

  • Una pared principal orientada de este a oeste.
  • Un acueducto subterráneo con flujo sur-norte que vertía agua de forma controlada a 4 canaletas.
  • Las tres canaletas, de entre 40 y 50 cm de profundidad, protegidas por una pared y un techo.

Todo el conjunto se construía con piedra de gran porosidad, lo que ayudaba a mantener la temperatura y favorecía la congelación del agua.

¿Cómo funcionaba este congelador de piedra?

Aprovechando el frío de invierno, se llenaban las canaletas para que el agua se congelará. Una vez congeladas, se procedía al corte y vaciado del hielo. Este se almacenaba en la parte infiero (enterrada) del Domo.


La temperatura de esta zona se mantenía con el flujo de agua por las paredes de piedra más frías. Este agua no se desperdiciaba, se usaba después para el cultivo de los campos.

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Una vez lleno el Yakhclal, el hielo de su interior podía aguantar sin problemas hasta el año siguiente. En la zona media del Domo se colocaban las piezas que se querían mantener frescas, como el queso y la fruta.

A día de hoy, muchos de estos yakhclal se mantienen en pie en Irán, listos para hacer hielo o ser visitados. Esto sí que es una tecnología duradera y eficiente, y no la obsolescencia programada con la que nos obsequian nuestros fabricantes de electrodomésticos.

Fuentes:
Rolloid
La Voz del Muro