Emprender en México es un desafío, y para los emprendedores comprometidos con la sostenibilidad, es un camino largo y, a veces, lleno de obstáculos. A pesar de esto, cada vez más empresas en México están buscando reducir su impacto ambiental, ofrecer soluciones de reciclaje y reutilización de materiales, y crear productos que sean amigables con el medio ambiente.

El profesor e investigador Jairo Ruiz, de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey, señala que los emprendedores sociales, aquellos que buscan abordar problemas sociales y ambientales además de generar beneficios económicos, enfrentan un mayor riesgo de fracaso en comparación con los emprendedores tradicionales. Esto se debe en parte a la falta de un sólido ecosistema de apoyo y a la dificultad de crear productos o servicios que aborden problemas reales en lugar de simplemente satisfacer demandas del mercado.

Según un estudio del Instituto The Failure Institute, el 83% de las empresas sociales en México sobreviven hasta tres años, en comparación con el 80% de las pequeñas empresas tradicionales que sobreviven hasta cinco años.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, hay emprendedores en México que han logrado combinar rentabilidad y sustentabilidad. Estos emprendedores han encontrado soluciones innovadoras para los desafíos del campo mexicano y han aprendido de sus errores a lo largo del camino para lograr la rentabilidad.

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Un ejemplo es Lluvia Sólida, una empresa que desarrolló un sistema de riego que utiliza polímeros para conservar el agua en el suelo y reducir el desperdicio en la agricultura. A pesar de enfrentar dificultades iniciales debido a la falta de experiencia en administración de negocios, la empresa ha tenido éxito al diversificar su mercado y ofrecer soluciones a cultivos más rentables, como los aguacates y las berries.

Sistema.bio es otra empresa que ha logrado combinar rentabilidad y sostenibilidad. Ofrecen biodigestores que convierten los desechos orgánicos en gas natural y fertilizantes orgánicos, beneficiando a pequeños agricultores en México, Colombia, Kenia e India. A través de su expansión geográfica y la creación de alianzas estratégicas, la empresa ha logrado un rápido crecimiento y un impacto significativo en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

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Por último, Tierra de Monte se ha destacado en la producción de alimentos orgánicos. Su fundadora, Adriana Luna-Díaz, buscó soluciones para hacer que los productos orgánicos fueran más accesibles y rentables. Su enfoque en la agricultura regenerativa y la creación de una red de distribuidores comprometidos ha ayudado a la empresa a crecer de manera sostenible.

Estos ejemplos demuestran que es posible combinar la rentabilidad con la sustentabilidad en el mundo de los emprendimientos en México. A través de la innovación, la perseverancia y la colaboración, estos emprendedores están marcando la diferencia y creando un impacto positivo en sus comunidades y en el medio ambiente.

Fuente: El País.