Stephen Hawking se ha ido, pero sus enseñanzas y las anécdotas sobre su prodigiosa vida no nos abandonan. Sus dificultades físicas no fueron impedimento para su prodigio científico ni para su sentido del humor. Y esta fiesta requirió de esas dos habilidades suyas. En 2009, el profesor Hawking organizó una fiesta… para viajeros en el tiempo.

[También te puede interesar: Murió Stephen Hawking y estas son las enseñanzas que nos dejó]

Stephen Hawking organizó una fiesta en la Universidad de Cambridge

El 28 de junio de 2009 a las 12:00 Stephen Hawking se instaló frente a la puerta de entrada de un elegante salón de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y esperó.

El lugar había sido decorado con globos y la mesa central estaba servida con aperitivos y, por supuesto, champán, su bebida favorita.

Hawking permaneció allí, esperando, sin sacar su mirada de la puerta cerrada.

Pero nadie entró.

Y es que aquella fiesta no era como cualquier otra: era un evento para los viajeros del tiempo.  


Un pequeño experimento

"Me gustan los experimentos simples y... el champán. Así que combiné dos de mis cosas favoritas para ver si los viajes en el tiempo del futuro al pasado son posibles", explica Hawking en el documental Into the Universe with Stephen Hawking ("Hacia el interior el universo con Stephen Hawking").

Para probar esta idea, Hawking no le contó a nadie de la fiesta hasta que ésta terminó.

Solo entonces envió la invitación, que incluía las coordenadas exactas en tiempo y espacio de la gala, organizada en la tradicional escuela Gonville y Caius de Cambridge.

"Usted está cordialmente invitado al evento para viajeros del tiempo organizada por el profesor Stephen Hawking", decía el texto, que también incluía la irónica aclaración de que no era necesario confirmar asistencia.

"Espero que copias de esta (invitación) sobrevivan por varios miles de años en un formato u otro", explicó el también divulgador científico.

Y agregó: "Quizás, algún día, alguien viviendo en el futuro va a encontrar la información y usará una máquina del tiempo para venir a mi fiesta, probando que, un día, los viajes en el tiempo serán posibles".

Al ver que la aguja del reloj pasa las 12 y nadie entra a su fiesta, Hawking pone en práctica su popular sentido del humor y dice: "Esperaba que la futura Miss Universo del futuro iba a abrir la puerta".