La verdad es que los humanos no tenemos demasiadas certezas en nuestra vida. Por ejemplo, cuando pensamos en nuestro planeta, se nos ocurren muchas preguntas:

¿Lo creó Dios en siete días? ¿Fue producto del azar puro? ¿Hay otros mundos habitables en el espacio?

Pero la realidad es que hoy ninguna de ellas tiene una respuesta. Lo único que sabemos con certeza es que por ahora tenemos un solo planeta y que sus recursos son limitados. Por eso, es imprescindible apostar a la sustentabilidad.

Si la raza humana, con su inteligencia, ciencia y habilidades no logra que el progreso sea sostenible, nuestros hijos o nietos ya no podrán habitar el planeta.

Pero, ¿Qué significa realmente sustentabilidad? ¿Es posible aplicarla de manera individual? ¿Cómo se lleva a la acción el desarrollo sustentable?

Todas esas preguntas y muchas más te responderemos en este post.

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Sustentabilidad: concepto

El concepto sustentabilidad se refiere al equilibrio de una especie (en este caso la raza humana) con los recursos del medio al cual pertenece.

Dicho de otra manera, y tal como define a la sustentabilidad el Informe Brundtland, se trata de “satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”.

Es decir, que sustentabilidad significa utilizar los recursos de la naturaleza por debajo de los límite de renovación de los mismos, manteniendo así un permanente equilibrio.

La finalidad del concepto desde sus diferentes enfoques siempre será preservar la calidad de vida de las generaciones actuales, sin perjuicio de las necesidades futuras, manteniendo una buena relación con el ambiente al cual pertenecemos.

El problema es que no pareciera que en la actualidad estemos usando los recursos de manera sostenible. En cambio, se desperdician recursos todos los días; tanto a nivel individual como, principalmente, a nivel industrial.

Crisis en la sustentabilidad: el caso del alimento.

Pongamos un ejemplo de lo crítica que es la situación de los recursos hoy en día, y por qué es necesario aplicar políticas de sustentabilidad de modo inmediato: el alimento.

Actualmente, 1300 millones de toneladas de comida termina en la basura anualmente.

Sí, has leído bien la cantidad: 1300 millones de toneladas de comida tirada.
Esa cantidad de alimento desperdiciado a nivel mundial alcanzaría para alimentar a todas las personas que sufren hambre en el planeta. Además de, por supuesto, tener un profundo impacto ambiental: para producir y distribuir ese alimento también se consumen recursos que son desperdiciados.

¿No es disparatado, casi absurdo, que habiendo gente que muere por desnutrición todos los días estemos tirando a la basura toneladas de comida?

Pues sí, por eso aplicar políticas de sostenibilidad es urgente. Pues aunque en casa podemos hacer pequeños cambios, un desarrollo verdaderamente sustentable solo puede lograrse con compromiso político, social y empresarial.

Las cuatro áreas de la sustentabilidad

Muchas veces se comete el error de creer que la sustentabilidad es algo que tiene que ver únicamente con el ambiente. Por ejemplo, con cuidar la tierra o el agua. Y si bien esa es una de las patas del desarrollo sostenible, no es el único.

En realidad, la sustentabilidad tiene cuatro aristas fundamentales:

a. Ambiental

Es la más conocida de las áreas de la sustentabilidad. Se refiere al uso eficiente y racional de los recursos naturales, para que sea posible mejorar el bienestar de las sociedades actuales sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras.

Esto implica tener en cuenta los límites de renovación de los recursos, los ciclos de la naturaleza, y lograr un equilibrio entre el hombre y el medio.

Pero no hay que creer que por ser el aspecto más conocido de la sustentabilidad, es el más importante. En realidad, lo verdaderamente importante es encontrar el equilibrio entre los 4 pilares.

b. Política

Como ya dijimos, la sustentabilidad no se logra individualmente. Es necesario que haya políticas de Estado a nivel global que busquen la sustentabilidad, y que garanticen el respeto a las personas y el ambiente. De eso se trata la arista política del desarrollo sustentable.

También tiene que ver con redistribuir el poder político y económico, fomentando relaciones solidarias entre comunidades y regiones para mejorar su calidad de vida y reducir la dependencia de las comunidades generando estructuras democráticas.

c. Económica

La sustentabilidad económica se refiere a llevar a cabo prácticas que sean económicamente rentables, pero también social y ambientalmente responsables. Es decir, apuntar al crecimiento económico, sin dejar de lado la equidad social y el cuidado ambiental.

Esto debería primar en las agendas de todos los empresarios del mundo, sin embargo, aún vivimos en un sistema económico basado en maximizar la producción y el consumo a cualquier costo, aunque esto implique explotar los recursos de manera ilimitada y no responsable, y generar mayor desigualdad social.

d. Social

Para alcanzar el equilibrio, el desarrollo no debe perpetuar ni profundizar la pobreza, la exclusión y la desigualdad. Debe apuntar a alcanzar la equidad y la justicia social, promoviendo la participación de las sociedades en la generación (y la distribución) de riqueza.

Para esto es necesario que se respeten los derechos humanos (económicos, políticos, culturales, de géneros) de todas las comunidades del mundo.

También significa apoyar iniciativas que apunten a la conservación de las tradiciones y de los derechos de las comunidades regionales sobre su territorio.

Los desalojos de las comunidades originarias de sus tierras para la explotación de recursos es una de las prácticas que más atacan este principio. La búsqueda de rentabilidad económica prima sobre los derechos de los habitantes, su cultura, y el cuidado ambiental.

Por el contrario, casos como el de "Alma Verde", una iniciativa en Colombia donde las mujeres se encargan de tareas de reforestación, protegiendo la biodiversidad de la región, y obteniendo un medio de subsistencia, son ejemplos de Sustentabilidad Social.

Entonces, cuando hablamos de avanzar hacia un paradigma sustentable, lo que hacemos es decir que la prosperidad económica no necesariamente debe dejarse de lado, sino que tiene que buscar el equilibrio con el cuidado ambiental y la calidad de vida de todas las sociedades del mundo; para que nadie quede afuera y para que el medio en el que vivimos pueda conservarse.

Los 26 principios para la sustentabilidad

La Declaración de Río sobre el Medioambiente y el Desarrollo se firmó en 1992, y ya entonces marcó los principios básicos para la sustentabilidad. Son, aún al día de hoy, una de las guías más importantes para abordar el desarrollo sostenible.

Si te interesa el tema, puedes leer la declaración completa en el sitio de las Naciones Unidas, aunque esto es lo más importante de cada uno:

1. La prioridad para el desarrollo es el ser humano.

2. Cada Estado es soberano de sus territorios y los recursos que haya en ellos.

3. El desarrollo debe ser equitativo y pensar en las generaciones futuras.

4. La protección del medio ambiente debe ser fundamental en el proceso de desarrollo y no considerarse en forma aislada.

5. Erradicar la pobreza es un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.

6. Se debe priorizar la situación de países en vías de desarrollo.

7. Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial en el cuidado del planeta.

8. Los Estados deben reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo insostenibles.

9. Los Estados deben fomentar el saber científico que busque alcanzar el desarrollo sostenible.

10. El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda.

11. Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente.

12. El comercio internacional debería apuntar al crecimiento económico y el desarrollo sostenible de todos los países.

13. Los Estados deben desarrollar la legislación nacional relativa a la responsabilidad y la indemnización respecto de las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales.

14. Los Estados no deben transferir a otro Estado actividades y sustancias que causen degradación ambiental.

15. Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades.

16. Las autoridades nacionales deben asegurar que quien contamina cargue con los costos de la contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las inversiones internacionales.

17. Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en calidad de instrumento nacional, respecto de cualquier actividad propuesta que pudiera dañar el medioambiente.

18. Ante cualquier situación de emergencia que pueda producir efectos nocivos súbitos en el medio ambiente, deberá informarse de inmediato al Estado afectado y la comunidad Internacional debe ponerse al servicio.

19. Lo mismo debe suceder en casos de problemas ambientales transfronterizos.

20. Se debe garantizar la plena participación de la mujer en este proceso, pues desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo.

21. Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor de los jóvenes del mundo para forjar una alianza mundial orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un mejor futuro para todos.

22. Los Estados deberían reconocer y apoyar a las poblaciones indígenas, que desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales.

23. Deben protegerse el medio ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a opresión, dominación y ocupación.

24. La guerra es, por definición, enemiga del desarrollo sostenible.

25. La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables.

26. Los Estados deberán resolver pacíficamente todas sus controversias sobre el medio ambiente por medios que corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas.

¿Qué puedes hacer hoy por la sustentabilidad? 5 acciones prácticas

Si has llegado hasta aquí ya te has dado cuenta que la sustentabilidad es, en realidad, una cuestión de Estado. Que tiene que ver con una forma en la que funciona el mundo, y no tanto con la suma de acciones individuales. Incluso puede que te enoje ver cómo las políticas de los distintos países parecen no acompañar el desarrollo sostenible.

Sin embargo, no todo está perdido. Muchos de los grandes cambios de la historia se han construído de abajo hacia arriba, y no al revés.

Por eso, si deseas comenzar el cambio, puedes tomar ciertas medidas en casa. No, no serán definitivas. Pero si cambiamos la manera en la que entendemos y utilizamos los recursos, quizá algún día también cambie su lógica de producción.

1. Cuida la energía

Desenchufa los aparatos que no están en uso. Cambia las lámparas comunes por aquellas que son bajo consumo. Elige energía solar siempre que puedas hacerlo. Apaga las luces cuando no estés en casa.

La energía eléctrica es un importante factor de impacto medioambiental, y por eso utilizarla de forma racional puede hacer una diferencia grande. Además, si todos produjéramos energía a partir de la naturaleza, como la energía solar, podría haber un gran cambio en el mundo.

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2. Reduce el uso de plástico

El plástico de un solo uso es una de las muestras más grandes de que el desarrollo sostenible es una utopía todavía muy lejana. Es que realmente la relación entre consumo de recursos y utilidad del plástico es irracional.

Sin embargo, poco a poco se toma conciencia a nivel mundial del desastre que este material representa para el medioambiente, y cada vez más personas eligen eliminarlo de su vida.

Si algún día nadie consumiera plástico, este no se fabricaría más (sin clientes no hay empresa) y podríamos vivir en un mundo un poco más sustentable.

Hasta llegar a ese punto, puedes comenzar con acciones pequeñas pero poderosas: dejar de comprar agua embotellada, usar bolsas de tela para ir al supermercado y pedir tus bebidas sin popote.

3. Elige productos locales

Al consumir productos locales ayudas a reducir los costos de transportes, y a mejorar el medioambiente. Además de ahorrar dinero, ayudas al medioambiente. Y lo que es mejor, también eres solidario con los pequeños productores, ayudándolos a seguir creciendo.

De este modo, todas las áreas de la sustentabilidad se ponen en juego, en una acción tan sencilla como ir a comprar la comida de todos los días.

4. Reduce el uso del coche

Los coches son uno de los mayores consumidores de energía a nivel doméstico. Por eso, puedes colaborar con la sustentabilidad usándolo menos. ¿Qué opciones tienes?

Las más saludables son, por supuesto, caminar o andar en bicicleta. Pero el transporte público es también una forma de consumir menos recursos.

Si no puedes dejar de ir en coche al trabajo, lo mejor es ponerse de acuerdo con varios compañeros y compartir traslados. Así se conocerán mejor, gastarán menos, no deberán manejar todos los días y ayudarán al medioambiente.

5. RRR

Reducir, Reciclar, Reutilizar, las tres R que pueden ayudar a que tu vida sea un poco más sustentable. No compres nada que no necesites, vuelve a utilizar lo que esté en buen estado, separa la basura, regala las cosas que ya no usas…

¡Tienes muchas cosas para empezar a hacer hoy por un mundo más sustentable!

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¿Crees que la sustentabilidad será algún día una realidad y que las futuras generaciones podrán tener el planeta que merecen?

Fuentes:

Semana Sostenible

Wikipedia

Cultura Colectiva