El alimento ¨saludable¨ que está ligado a una enfermedad es un hongo que podría estar vinculado a una dolencia compleja.

A menudo promocionada como un ingrediente gourmet lleno de beneficios, la morilla ocupa un lugar especial en la gastronomía mundial. Sin embargo, en un pequeño pueblo de los Alpes franceses, su pariente tóxico, la falsa morilla, podría estar relacionado con un número inusualmente alto de casos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig.

Una reciente investigación científica ha puesto el foco en esta posible conexión, despertando el debate sobre la seguridad de algunos alimentos silvestres.

Morilla vs. falsa morilla: un parecido engañoso

La morilla auténtica es un hongo muy buscado en la alta cocina por su sabor delicado y sus propiedades nutritivas:

  • Bajo contenido en grasas
  • Aporte de vitamina D
  • Presencia en dietas equilibradas

El problema surge con la morilla falsa (Gyromitra). Aunque su aspecto es similar, pertenece a otra familia de hongos y contiene hidrácinas, compuestos tóxicos que pueden causar:

  1. Trastornos digestivos
  2. Daño hepático
  3. Problemas neurológicos
  4. Complicaciones graves si se consume en exceso o se cocina mal

Tendencia viral: ¿Qué es el movimiento Sober Curious?

falsa morilla, podría estar relacionado con un número inusualmente alto de casos de esclerosis lateral amiotrófica. (PINTEREST)
falsa morilla, podría estar relacionado con un número inusualmente alto de casos de esclerosis lateral amiotrófica. (PINTEREST)

El caso Montchavin: 16 diagnósticos en una aldea de 200 habitantes

En Montchavin, una aldea de Saboya, se registraron 16 casos de ELA en apenas 10 años. Para un pueblo con solo 200 residentes, la cifra llamó la atención de la neuróloga Emmeline Lagrange del Hospital Universitario de Grenoble.

La investigación reveló que todos los pacientes habían consumido falsas morillas durante años, creyendo incluso en sus supuestas propiedades “rejuvenecedoras”.

Tradición culinaria y supersticiones locales

A pesar de que el consumo de falsas morillas está prohibido en Francia, algunos vecinos las recolectaban de forma privada. Las costumbres locales y la falta de información sobre los riesgos parecen haber favorecido su presencia en la mesa, incluso en hogares que desconocían su toxicidad.

Paralelismos con Guam y otras regiones

El neurocientífico Peter Spencer encontró similitudes con casos en Guam, donde una toxina presente en semillas de cícadas fue vinculada con ELA y demencia. En ambos escenarios, las sustancias tóxicas se transforman en compuestos dañinos para las neuronas, lo que podría explicar la aparición de la enfermedad.

Resultados preliminares: evidencia fuerte, pero no definitiva

Los investigadores compararon la dieta de personas con ELA y 48 habitantes sanos:

  • 100% de los casos de ELA consumían falsas morillas
  • 0% en el grupo de control

Aunque la correlación es clara, los científicos advierten que se necesitan más estudios antes de confirmar la relación definitiva, ya que pueden intervenir factores genéticos y ambientales.