Aún no nos ha tocado a todos el momento de la evolución en que las muelas de juicio ya directamente no salgan; ya que su finalidad, hoy en día, carece de sentido.

La mayoría, entonces, debe lidiar con los problemas que generan: desde caries hasta infecciones y otros. La extracción termina siendo la solución en muchos casos; y no es un procedimiento tan simple en algunas ocasiones.

Pero, como todo, tiene algo para enseñarnos. Por eso aquí quisiera compartir contigo algunas de las enseñanzas que a mí me dejó. Quizás a ti también puedan servirte.

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No te dejes estar

Si tienes dolor o molestias, no dejes pasar el tiempo. Algo que no haces por miedo puede ser peor. Visita a tu odontólogo y contrólate de forma regular para evitar llegar al punto el que el dolor te empuje a tomar la decisión.

Házle caso a tu médico

Siempre que pases por una extracción de una muela, sigue paso a paso las indicaciones del médico, no improvises ni quieras volver a tu rutina normal antes de tiempo.

Registra cómo todo tu cuerpo está conectado entre sí

Cuando pasas por algo como la extracción de una muela puedes registrar cómo todo en tu cuerpo está conectado entre sí. Cómo repercute sobre tus oídos, tu cabeza, o cómo tu cuerpo intenta compensar el dolor con otras tensiones. Una experiencia así a mí me enseñó a percibirlo con mayor claridad.

Descansa

Date tiempo y espacio para recuperarte, no quieras hacer como si nada hubiera pasado. Respeta los tiempos de tu cuerpo, y date lugar para reposar y estar tranquilo. No te sobreexijas.

Ámate siempre

Luego de una extracción de una muela, es común que se inflame el rostro, recordándonos que somos hermosos y perfectos tal cual somos. Muchas veces nos decimos cosas crueles, intentando acercarnos a ideales que no se corresponden con la realidad. Pero cuando vivimos alguna experiencia así valoramos cómo nos vemos, nuestras imperfecciones, nuestras cualidades más mínimas. Eso deberíamos tomarlo como aprendizaje general. Siempre, y ante todo, amarse y aceptarse, por dentro y por fuera.