Si a un animal le das algo que no le gusta, lo deja a un lado, o tal vez lo comerá pero incluso aunque no pueda comunicarse correctamente entenderás que su reacción a eso fue negativa y aunque puedes forzarlo a comer eso, intentará evitar lo que le hace mal.

¿Por qué nosotros somos tan propensos a caer en una adicción? Como seres racionales y estando hasta arriba de la cadena alimenticia solemos tomar decisiones bastante malas cuando de salud pública se habla. En 2017 se estimaba que casi 30 millones de personas sufrían de un problema de abuso de drogas y el número sólo incrementa.

¿Qué nos vuelve adictos? ¿Por qué si tenemos la capacidad de cambiar nuestra vida sólo con decisiones es que continuamos eligiendo cosas que nos hacen daño? Peor aún, elegimos cosas que crean adicción y pueden destruir nuestra vida en cualquier momento.

Todo es culpa de la dopamina

Cada droga actúa de forma distinta en nuestro cuerpo, alguna nos hace sentir felices, otra nos da energía y algunas sólo nos ayudan a relajarnos. Sin embargo, todas tienen un elemento en común, están ligadas con la liberación de dopamina en el cerebro.

Por ejemplo, la heroína y marihuana tienen una estructura química similar a ciertos neurotransmisores que pueden engañar al cerebro para activar las neuronas que usan dopamina, mientras que la cocaína prolonga el efecto de la dopamina en ciertas neuronas, creando así una experiencia completamente distinta.

Es una enfermedad

Como dijimos, la adicción es un problema de salud pública y es que en palabras de Maureen Boyle, del Instituto Nacional de Abuso de Drogas: “La adicción es un desorden biopsicosocial. Es una combinación de tu genética, neurobiología y la forma en que interactúas con factores sociales y psicológicos”. En pocas palabras, tus genes y tu forma de interactuar con la sociedad y tu entorno son factores importantes, no se trata sólo de fuerza de voluntad.

Según Boyle, el problema es tan grande que la gente debería tomar las adicciones como algo tan grave como la diabetes tipo dos, el cáncer o una enfermedad del corazón. Tal vez así lograríamos combatir esta crisis que vivimos en el siglo XXI.

No son sólo sustancias

Aunque hasta ahora parece que necesitamos ingerir algo tangible para crear una adicción (drogas sintéticas, alcohol, tabaco o más) existen otras formas de adicciones que pueden llegar a ser bastante peligrosas.

La ludopatía es un trastorno en el que alguien siente la necesidad de jugar y apostar de forma progresiva, perdiendo así mucho dinero, a veces su casa y destruyendo su vida. Aunque es un problema con cientos de años, se le comenzó a prestar atención como enfermedad hasta los años ochenta y fue declarada adicción por la OMS hasta 1992.

El problema que hoy preocupa a investigadores, doctores y científicos es el que tiene que ver con nuestras pantallas. La adicción a juegos de video y redes sociales ha crecido de sobremanera en los últimos años.

Aunque muchos veían a Japón como un país extraño por abrir clínicas de rehabilitación para adictos a los videojuegos, parece que ese método es cada vez más necesario en el resto del mundo, y de las redes sociales que hoy son parte de la vida de cualquier adolescente con acceso a Internet, el problema está cercano a una pandemia.

Las adicciones parecen ser parte de la naturaleza humana, pero hay una diferencia entre disfrutar algo y ser presa de ello. No se trata de fuerza de voluntad sino de salud pública, por eso es importante que si crees que estás abusando de algo –tecnología, drogas, alimentos o más- busques ayuda y no te limites a pensar que sólo con determinación lo dejarás.