Si uno se guía simplemente por las publicidades o las fotos que las parejas suelen subir a Facebook e Instagram, pareciera que el amor tiene algo de "felicidad perfecta". Pero bien sabemos que en la realidad incluso la pareja más compañera puede tener dificultades. Y eso, no significa necesariamente que vaya a romper.

Hay algo de lo que muy poco se habla en referencia a las parejas: cuando una persona conoce a otra, ¡ya trae sus propios conflictos! Hay cuestiones de su vida, de su pasado, de su propia historia que forman parte de él o ella, aunque no las perciba conscientemente. Y esas cuestiones, si tienen que ver con conflictos no resueltos, al entrar en un vínculo con otro es muy posible que emerjan. Porque una de las características que tiene la pareja es volvernos a hacer tomar contacto con las propias emociones, con la propia intimidad.

Es muy importante poder observar cuáles son esos conflictos personales que emergen cuando estamos con otro para poder diferenciar qué es fruto de la pareja, y qué es producto de nuestra proyección que "carga" al otro con conflictos que en verdad son personales.

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¿Cuáles son los 5 "fantasmas del pasado" más frecuentes que pueden volver al ponerse en pareja?

1. Miedo al abandono

Muchas personas, en lo más profundo de sí mismas, temen que otro las abandone. Tienen miedo al rechazo, a la desprotección, a sentirse solos. Eso puede a veces tener que ver con un conflicto de la infancia, con una historia de pareja anterior, o a otras cuestiones ligadas con la propia historia personal.

Lo cierto es que, al estar en pareja puede emerger este miedo, y generar situaciones como angustias irracionales frente a la idea de que el otro se vaya.

2. Inseguridad

Hay una frase muy escuchada que dice que: "Nadie te querrá si no te quieres tú primero". Y un poco de verdad hay en ella. El amor propio es muy importante para poder desarrollar un vínculo sano con el otro, y para que no se generen celos o temores irracionales. Por eso es muy importante trabajar sobre el merecimiento y desarrollar espacios personales donde seguir afianzando la propia seguridad.

3. Dependencia

Otro de los "fantasmas del pasado" más frecuentes que vuelven a aparecer al iniciar una pareja puede ser la dependencia, esa voluntad casi obsesiva por estar constantemente con el otro. La sensación de "necesidad", de que es imposible "vivir sin el otro" no da lugar a un vínculo sano. Es importante poder trabajar el apego, y la propia capacidad de ser feliz, más allá del otro.

4. Deseo de control

Es probable que también pueda surgir el fantasma del control. Un poco similar al punto anterior, aquí también el deseo va unido a la necesidad de que el otro "nos pertenezca", y poder disponer de él a nuestro antojo (inconscientemente). Pero posiblemente detrás de esta excesiva necesidad de tener todo controlado se esconda una profunda inseguridad o miedo a que las cosas no resulten como quisiéramos.

5. Deseos de ser siempre el centro

Hay muchas personas que han sido criadas como si fueran "el centro del mundo". Y es posible que al crecer, si no trabajan esto, busquen inconscientemente replicar lo mismo, y tiendan a ser egocéntricas o incluso un poco egoístas. Deberán entender que el otro es el otro, es decir, que tiene sus propios intereses, conflictos, deseos, y que no siempre podrán estar en el centro de su vida.

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