Como ya hemos dicho, todos los eneatipos transitan un recorrido propio; es así que, a nuestro criterio, cada uno de los nueve genera su propia imagen arquetípica. En el caso del CUATRO, en esa imagen veremos a sus alas (TRES y CINCO), a sus brazos ( DOS y UNO), a sus eneatipos consonantes (en sus ejes con el OCHO y con el NUEVE) y al punto ciego, representado por un eje, con un eneatipo en cada extremo (el SEIS y el SIETE).

En la figura a continuación, podemos apreciar la imagen de los vínculos entre el CUATRO, en su contacto con los otros eneatipos:

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LOS VÍNCULOS "ALAS"

Cada persona desarrolla atributos y características de una o de ambas tipologías contiguas a la suya: las alas. Ellas sirven para equilibrar la tendencia de fondo del eneatipo. Habitualmente, una de las alas se desarrolla una etapa de la vida y nuestra misión consiste en orientarse hacia la otra, a fin de lograr un deseado balance. Esto, muchas veces, acontece espontáneamente, aun en personas que desconocen el eneagrama.

Las alas del CUATRO son: el TRES y el CINCO.

¿Cómo es el TRES y qué le trae al CUATRO?

El TRES es “el exitoso”. Le resulta fácil llevar a cabo sus cometidos de manera efectiva y competente, proponerse objetivos y cumplirlos, así como apasionar a otras personas, motivarlas y capacitarlas. Se distingue por la claridad de objetivos, el alto nivel de energía que lo anima, por la confianza con la que mira el futuro y la intensidad con la que trabaja. Toda esta energía está dirigida a obtener una alabanza que es el combustible que mueve su motor. Si el CUATRO tiene desarrollada el ala TRES, se vuelve más extrovertido: tiende a enfocarse en plasmar toda su creatividad. El TRES le trae al CUATRO la posibilidad de pasar de la ensoñación a la concreción.

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¿Cómo es el CINCO y que le trae al CUATRO?

El CINCO es el “observador”. Reflexiona sobre los misterios de la vida. Es contemplativo, delicado, introvertido y solitario. Se distingue por la capacidad de análisis y síntesis. Es objetivo, se cuestiona las causas e indaga la realidad en detalle. Sabe catalogar conceptos, establecer conexiones entre ideas diferentes y elaborar nuevos sistemas y teorías. Posee óptimas capacidades críticas y de valoración. Su energía se expresa en la sistematicidad y originalidad del pensamiento. Si el CUATRO tiene desarrollada el ala CINCO, se vuelve más objetivo y analítico. El CINCO le trae al CUATRO la posibilidad de pasar de la subjetividad a la universalidad.

LOS VÍNCULOS BRAZOS

Como mencionamos anteriormente, cada persona desarrolla características de las tipologías ubicadas a su derecha y a su izquierda (las alas) al mismo tiempo que establece un vínculo primario con dos eneatipos específicos, denominados brazos.

Los brazos nos ayudan a identificar indicadores de crecimiento y signos de estrés y, más aún, nos señalan qué cualidades nos hace falta integrar. Los movimientos en ambas direcciones son procesos que ocurren de modo natural. Comprenderlos y reconocerlos en nuestra vida diaria requiere una atenta auto-observación.

Los brazos del Cuatro son el Dos y el Uno

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El DOS es “el que da”. Siempre está disponible cuando los demás lo necesitan; sus dotes sociales y su capacidad de entrega lo llevan a intuir las necesidades del prójimo y a actuar en consecuencia. El cariño e interés que brinda hace que se sienta una persona valiosa. Por lo tanto, el agrado y el reconocimiento que recibe retroalimentan su tendencia a dar. Esta generosidad que lo caracteriza, invita al CUATRO pasar del vínculo consigo mismo al vínculo con el otro, activa su capacidad de pensar en plural y salirse de los nudos de auto-enredo.

El UNO es el idealista: ordenado, disciplinado, ético. Su energía se canaliza en el esfuerzo por mejorar la realidad dentro y fuera de sí mismo. Siente que toda gratificación debe postergarse hasta haber hecho lo que corresponde, dado que la virtud es suficiente recompensa. Estas cualidades alientan al CUATRO a organizarse, a pasar de la dispersión a la disciplina.

LOS ENEATIPOS CONSONANTES: EJES

Además de dos alas, dos brazos y dos puntos ciegos, cada eneatipo tiene dos eneatipos consonantes con los cuales constituye un eje. Habitualmente canalizamos la energía de un modo particular; el rol del eneatipo consonante consiste en poner de manifiesto caminos alternativos posibles, generalmente opuestos. Es decir que los eneatipos consonantes se muestran mutuamente, modalidades complementarias.

LOS EJES DEL CUATRO son el OCHO y el NUEVE

El CUATRO y el OCHO comparten el eje de la fuerza (de la fuerza creadora interior al poder exterior y viceversa) El CUATRO es el creativo. Su gran riqueza emotiva y su especial sensibilidad le dan acceso a las vivencias interiores y a cultivar la espiritualidad. Ayuda al OCHO a transitar desde su poder natural de dominio hacia la fuerza creadora interior. Al mismo tiempo, el OCHO transmite intensidad, fuerza, decisión y realismo en lo que emprende. La claridad de sus ideas y la autenticidad de sus convicciones le permiten comunicar a su entorno su visión, implicándolo en sus causas. En tal sentido, ayuda al CUATRO a fortalecer la confianza en sí mismo, a autoafirmarse.

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El CUATRO y el NUEVE comparten el eje de la interioridad (de la observación a la aceptación y viceversa) El CUATRO siente intensamente la energía de la vida. Percibe la belleza en la naturaleza y en las personas. No se deja seducir por autoridades formales, sino que venera a aquellos que transmiten un mensaje profundo. Sugiere al NUEVE no invisibilizarse, cultivando su autenticidad. En tanto que el fino equilibrio del NUEVE, su capacidad de escucha sin ser crítico ni formular juicios sobre los demás y su anhelo de armonía, lo ayudan a alcanzar la paz interior. Sugiere al CUATRO pasar de la comparación a la autovaloración, aceptándose.

LOS PUNTOS CIEGOS

Todos los vínculos que establecemos son igualmente significativos y señalan un sendero de crecimiento e integración. Los eneatipos con los que natural o espontáneamente no tenemos afinidad o vincularidad, constituyen un eje que denominamos punto ciego.

El CUATRO es ciego al eje de la pertenencia, representado por el SEIS y el SIETE en cada extremo. En modos opuestos complementarios, el SEIS y el SIETE le permitirán al CUATRO “sentirse parte de”. El SEIS es el “confiable”. Se caracteriza por la colaboración, la lealtad, la responsabilidad y fidelidad a las personas y al deber. En su búsqueda de pertenecer, SEIS le trae al CUATRO la posibilidad de pasar de la rebeldía a la aceptación de las normas. El SIETE es el “optimista”. Vive con pasión, actitud que marca su modo de ser, de situarse y de relacionarse. En el otro extremo del eje, la pertenencia del SIETE a “la vida” le trae al CUATRO pasar de la melancolía a la alegría.

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Esperamos que este mapa donde podemos visualizar claramente todos los vínculos que establece el eneatipo CUATRO con los demás, los ayude a comprender que cuando logramos reconocer y compartir nuestros dones específicos y estamos receptivos a los aportes de los otros eneatipos, se nos abre un continuo camino de crecimiento.