En esta época del año se mandan las patatas para luego ser plantadas. Sin embargo, debido la pandemia de coronavirus, se han desechado 700 toneladas de ellas en Estados Unidos. La cadena de suministro de los productores al supermercado fue interrumpida por la pandemia.

Zac Miller CEO de Idaho Farm Bureau Federation explicó en un documental para Business Insider que más de la mitad de los mercados cerraron por órdenes del gobierno de Estados Unidos. Actualmente granjeros que se encuentran entre los estados de Idaho y Montana están estancados junto a montañas enormes de patatas.

patatas

En el pequeño pueblo de Sheridan, Montana hay una granja llamada Buyan Ranch, dirigida por Bill y Peggy. Ahí cosechan patatas desde hace ya 59 años.

“El negocio de las patatas ha sido muy bueno para nosotros durante muchos años pero este año se volvió amargo”, contó Bill para Business Insider, y añadió: "Cuando el COVID-19 llegó, comenzamos a trabajar con los comercios minoristas pero luego, cuando cerraron todos los restaurantes ahí se transformó todo en un desastre".

Las patatas para servicios de comida, como restaurantes, hoteles y catering representan un 55% del mercado. Entonces, cuando los establecimientos de comida cerraron debido a la pandemia, hubo una reacción en cadena.

Los que procesaban las patatas redujeron sus pedidos a los productores. Sin otra opción, los productores cortaron los pedidos con los cosechadores de semillas, por lo tanto más de la mitad de la industria de las patatas quedó en pausa y se estancó en las granjas de semillas.

En el caso de Bill, sus clientes en Washington recortaron más del 50% de las compras así que su granja quedó estancada con toneladas de semillas que en un contexto normal hubiesen vendido.

El CEO de Idaho Farm Bureau Federation expresa que es muy difícil de un día para el otro comenzar a vender al por menor.

Bill dijo que tenían esperanzas de que aparecería alguna alternativa para procesar las patatas, pero al parecer este año no hay nada que se pueda hacer. Por esta razón, se vieron forzados a enterrar 1.4 millones de papas en un agujero.

“También nos cuesta mucho dinero y tiempo enterrar esto”, explicó Bill. Además, para salvar algunas de las patatas de Buyan Ranch, han donado miles de kilos a la comunidad. Las reparten en la calle. La gente se detiene y sigue su camino con bolsas de patatas.

Según Miller, los granjeros siguen cosechando sin importar el riesgo. Solo les queda la esperanza de que el año que viene sea un buen año de cosecha. “Los agricultores cultivan por amor a la agricultura y aunque vengan malos momentos van a seguir cultivando”, concluye.