Ser responsable emocionalmente implica hacerse cargo de las propias emociones, ser consciente de que ellas dependen de uno mismo, asumirlo y no hacer al otro responsable. Es decir, no poner a la felicidad o el sufrimiento e manos de otra persona, sino entender que son nuestra responsabilidad.

Es por eso que desarrollar la responsabilidad emocional podría ser el puntapié para que muchas de las relaciones que no funcionan bien, mejoren. Hablamos de relaciones de todo tipo: familiares, amistades, de pareja, etc.

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Ser responsable emocionalmente implica entonces tener la madurez suficiente para asumir que nuestros sentimientos, pensamientos, acciones y consecuencias que de ellos se derivan, son propios. Eso conlleva un proceso de autoconocimiento y aceptación personal que implica revisar la historia de vida y los patrones de comportamiento que hemos aprendido para poder vernos tal y como somos.

En general esto no sucede. Estamos acostumbrados a depositar en los demás tanto nuestros deseos como nuestras frustraciones. Estas proyecciones se ponen de manifiesto en frases tales como: "tú me haces hacer esto", "tú eres responsable de lo que siento" o "quiero que alguien me haga feliz".

Entonces, lo que se genera son vínculos truncos, frustraciones, idealizaciones, y poca sinceridad a la hora de relacionarse.

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Consejos para practicar la responsabilidad emocional

  • Aceptar lo que haces, piensas o sientes. Sincerarte.
  • No responsabilices a otros por ello.
  • Comunicar a los demás lo que sientes o piensas con claridad y confianza.
  • Manejar tus propias reacciones emocionales.
  • No tomarte todo personal.
  • No esperar que lo que otro te dé lo que tú deseas.

Asumir tus emociones no es pesado como la palabra "responsabilidad" parece. ¡Es aliviador! En primer lugar porque te llevará a ser cada vez más auténtico contigo mismo, dejando las apariencias de lado. Luego, porque los vínculos que se generen también tendrán esa misma lógica de sinceridad, y serán mucho más sanos y reales. Y por último, porque asumir esa responsabilidad, nos empodera.

Si en los otros no está la causa de nuestra felicidad o sufrimiento, entonces podemos tomar el control de nuestra vida, podemos cambiar las cosas para nuestro bienestar. Dejamos de buscar afuera, para mirar hacia dentro, donde se encuentran todas y cada una de las respuestas.

Recuerda: “El mejor día de tu vida y de la mía es cuando tomamos responsabilidad total de nuestras actitudes y sentimientos. Es justo en ese momento cuando realmente crecemos" (John C. Maxwell).

Y tú, ¿estás dispuesto a practicar la responsabilidad emocional?

Fuentes:

Gabinete de psicologia

La mente es maravillosa