En muchas ocasiones, las soluciones más sustentables son también las más económicas y sencillas. Y es que es allí, en donde la ocurrencia y la innovación se vuelve casi una necesidad. Tal es el caso de los módulos de ducha con materiales reciclados que una organización construye para mejorar viviendas precarias en los suburbios de Buenos Aires.

Pablo Castaño es ingeniero industrial y el co-fundador de Sumando Energías, una iniciativa por medio de la cual se construyen duchas de agua caliente con energía solar y materiales reutilizados para familias en contextos vulnerables de Pilar y La Plata, en Buenos Aires. Es así como, gracias a este proyecto, las familias evitan comprar una garrafa por mes para bañarse, además de aprender sobre las energías renovables.

Estos termotanques solares se componen de envases PET encastrados unos en otros, potenciados por capas de lata, telgopor y tetrabrik. Una vez que están terminados, se montan en el techo de la estructura de madera y lona que funcionará como espacio para la ducha, conectados a un tanque de agua.

Todos esos materiales son aportados por la familia que recibirá finalmente el módulo, sus vecinos, los voluntarios de la organización y los participantes del curso. También hace falta comprar algunos insumos industriales; el costo se cubre con el pago de inscripción de los participantes, que les permite además volver al curso cuantas veces quieran. Así, una familia recibe una ducha con calefón ecológico, y otras veinticinco personas aprenden cómo replicarlo.

En una entrevista con Bioguia, Pablo nos contó en primera persona acerca del detrás de escena de este apasionante proyecto:

¿Cómo y cuándo surgió la iniciativa de Sumando Energías? ¿Cómo fue su primer contacto con esta problemática?

Surge en el año 2013, siendo voluntario de la ONG Techo durante 3 años, descubrí que me gustaba el trabajo social y, ahí es donde pude observar el déficit en acceso a servicios básicos de las familias. Por otro lado, soy un apasionado de la sustentabilidad y quería desde la ingeniería hacer proyectos basados 100% en conceptos sustentables. Principalmente, creo que es de la única forma en la que se debe hacer cualquier proyecto, en este caso utilizando energías limpias que no contaminan y porque son la forma más económica en el ciclo de vida del producto.

¿Cuántos voluntarios participan de Sumando Energías y de qué manera se comprometen con la causa?

Lo que hacemos son talleres teórico-prácticos sobre colectores solares, en donde los participantes vienen a la vivienda de la familia, todos toman la clase teórica de energía solar y luego pasamos a la parte práctica de construir los colectores, son cursos con gran foco en aprender haciendo.

Luego pueden volver como voluntarios todas las veces que quieran y van ayudando en las distintas etapas de construcción de cada colector solar. Actualmente son 50 voluntarios por construcción y al capacitar a una mayor cantidad, nos permite construir más colectores en paralelo.

Hoy en día, también damos esos talleres online, para personas que quieran tomar el curso desde otros lugares, donde aprenden sobre energía solar, específicamente cómo se debe construir el colector solar en sus ciudades y el paso a paso de construcción.

¿Cómo es el trabajo de campo? ¿Ofrecen cursos previamente?

Durante la semana, consiste en ir acopiando los materiales en el barrio donde estamos trabajando: botellas, latas, tetras, colchones de goma espuma, tambores de 90 hasta 200L. Luego, entrevistar y visitar a las futuras familias con las que vamos a estar construyendo. Por último, durante el sábado organizar los talleres y concretar la construcción de cada colector solar. En ese día tenemos la clase teórica de 1 hora y luego pasamos a construir los colectores de todas las familias, que pueden ser entre 3 y 5 por fin de semana.

¿Cómo mejora la calidad de vida de la gente?

La mejora en la calidad de vida de las familias que construyen su ducha solar es inmediata. Previo a la construcción las familias calentaban agua con leña o con garrafa en una olla, luego se bañaban con un jarrito. También calientan con tanquesitos eléctricos que debido a las conexiones no son seguros.

Las madres nos comentan que este proceso llevaba 2 horas y media para que 5 personas pudieran bañarse, donde ellas debían estar atentas al agua que se estaba calentando en la olla y, lo que siempre nos destacan es que ahora lo único que deben hacer es abrir la válvula de la ducha y tienen agua caliente. Entonces, además de que es agua calentada gratuitamente con el sol, de que tienen una ducha convencional que pueden mezclar agua caliente y fría, que el termotanque almacena el agua caliente incluso con heladas para que puedan bañarse al día siguiente, las madres ahora pueden disponer de ese tiempo.

¿Y la de ustedes al alcanzar este logro?

Es increíble poder ayudar a familias que lo necesitan, por medio de vincularnos y construir entre todos un equipo que reutiliza materiales y que funciona utilizando energía solar: libre, gratuita y renovable. El cierre de construcción con todo el esfuerzo que conlleva, es una inmesa alegría, donde se resuelve un problema puntual de acceso a un servicio básico de las familias, pero donde logramos algo más importante que es compartir e integrarnos.

Lo más importante, al día siguiente de haber construido, las familias ya pueden usar sus duchas solares.

¿Qué desafíos tienen en mente para los próximos años?

Además de seguir construyendo colectores solares queremos poder implementar proyectos paralelos de tratamiento de aguas negras (biodigestores), captación de agua de lluvia y cocinas solares, que ya hemos ido construido pero en menor escala.

En lo personal, ¿este proyecto te llevó a repensar el uso del descarte y aplicarlo a tu vida diaria?

Totalmente, lo que buscamos desde Sumando Energías, es lograr que las personas que participan o nos sigan en las redes sociales disminuyan en la mayor medida posible el consumo de empaques de un solo uso. Volviendo a las soluciones que ya teníamos, como por ejemplo usar tu propia botella de agua recargable y, si vas a comprar, que sea en un empaque retornable o a granel.

Desde el punto de vista del uso racional de los recursos me hace entender el gasto energético y de agua de cada ducha que tomo, disminuyendo considerablemente el tiempo de cada ducha.

Entender lo que cuesta generar esa energía, me hace ser más responsable en el uso y comprender algo que generalmente nos damos cuenta cuando estamos aislado de la red: no hay mejor energía que la que no se consume.

Se trata de una actividad positiva en la que se destaca el mérito de lo creativo aplicado al empleo de materiales que se daban por inutilizables. ¡Todo un ejemplo!