Tu cerebro estáacostumbrado a la rutina que llevas a diario. Hablas, convives y piensas de lamisma forma tanto tiempo, que tu cerebro trabaja en modo piloto gran parte detus días.

Claro que el trabajo analítico y creativo hacen que despierte ycomience a buscar nuevos caminos, pero la interacción social casi no cambia. Escuando viajas y te empapas de otras formas de ver el mundo que tu cerebro captanuevos estímulos y sale de su aletargada indiferencia. Sí, tu cerebro tambiéncambia cuando viajas.

 Según un estudio del Academy of Managment Journal, la gente que se va de intercambio al extranjero es más creativa que los que se quedan en casa. La necesidad de entender a otros, de comprender su lenguaje y costumbres son un verdaderos parteaguas. Un antes y un después que si no viajas no comprendes del todo.

Después de eso, no puedes dejar de ver que la gente es distinta en cada lugar al que vas, pero también de descubrir que al mismo tiempo somos sorprendentemente iguales. Viajar cambia tu vida, aún si no llegas a darte cuenta de ello.  

Te hace más confiado

Tal vez en el lugar en el que vives no tienes confianza más que en tu hogar. Al llegar a un nuevo lugar tienes dos opciones, continuar en un caparazón de desconfianza o soltarte y dejar que las cosas fluyan. La mayoría pasa de una a otra y usualmente después de unas semanas en un nuevo lugar no tiene miedo de todos los que pasan a su alrededor. Aunque claro, la prevención siempre es necesaria. 

Forma tu carácter

Mary Helen Immordino-Yang, de la Universidad de California del Sur dice que los estudios psicológicos muestran que la habilidad de interactuar con gente cuyos contextos son distintos a los tuyos, ayuda en la habilidad de salir de tu zona de confort y construye un carácter fuerte y sin pretensiones de ti mismo.   

Expande tus horizontes

Tal vez no eres de los que cree tener una única verdad, pero la realidad es que todos estamos llenos de estereotipos y prejuicios que deberíamos ver, entender y contrastar con los de otras personas. Viajar te permite enfrentar de golpe esas ideologías y creencias que son totalmente ajenas o contradictorias a lo que tú crees. Lo mejor de todo, después de entender a las personas detrás de ese pensamiento, tu empatía hacia ellos crece, pues aunque tal vez ni tú ni la otra persona cambie de opinión, te darás cuenta que el diálogo pacífico es posible.   

Te hace más responsable e independiente

Encontrarte en un lugar nuevo, sin ayuda de nadie te obliga a hacer todo eso que dejaste pasar en la comodidad de tu hogar. Pronto las cuentas, facturas e incluso las compras se convierten en tu obligación. Es tu problema si te alimentas mal y si sales de fiesta entre semana, pero seguramente después de unos días de perdición haciendo eso te darás cuenta que disfrutas más una vida independiente y responsable con sus pequeños momentos de locura.   

Te hace más inteligente

Como mencionábamos antes, tu cerebro se agiliza cuando viajas, pues todo el tiempo te estás enfrentando a lo desconocido, por lo que mantener así tu mente ayuda a que captes y proceses la información mucho más rápido, así como el que llegues a una solución viable.  

Los estudios dicen que no basta con salir de vacaciones a un lugar conocido. Estos viajes se refieren a las personas que salen varios meses, se adentran en culturas y lenguajes nuevos y viven e interactúan constantemente con los locales.