En los últimos años –y no hablamos de las últimas décadas, sino de 2014 a la fecha– ha surgido un nuevo debate, sobre todo en línea, la apropiación cultural. Se trata de un tema fascinante que surgió en países europeos y en Estados Unidos, pero que ha llegado a gran parte de América Latina, como siempre, reflejando nuestros propios demonios.

La apropiación cultural es un fenómeno difícil de comprender, pues busca dignificar y resignificar el término cultura, pero al hacerlo en una sociedad hiperconectada como la nuestra, en la que la globalización y el neoliberalismo han abarcado casi todo el mundo, los límites entre lo correcto e incorrecto parecen difusos, por eso, en lugar de entrar en discusiones bizantinas que están lejos de terminar, estos son algunos puntos que definitivamente son parte del fenómeno de la apropiación cultural.

No conocer lo que usas o haces

Si todo el mundo está conectado y podemos escuchar música de otros continentes, aprender sus bailes y modas, y reproducirlas en nuestro país o por lo menos difundirlas por Internet, también podemos hacer uso de esas herramientas para entender de dónde viene y qué significa. La apropiación cultural parte de la incapacidad de la gente que siempre ha tenido el control y el poder, de dar crédito y valor a las cosas que consume.

Consumir moda sin entender el significado

Mucho del debate de la apropiación cultural ha surgido gracias a la industria de la moda, sobre todo el llamado Fast Fashion, pues usan diseños de comunidades indígenas casi siempre vulnerables ante la capacidad de producción de la marca.

Hay quienes dicen que no hacen nada malo, pues no tiene derechos de autor, pero estos pueblos tienen una tradición que va más allá de esos cuestionamientos legales. Se trata de ética profesional y corporativa que incluso los consumidores deben comprender.

Seguir los estereotipos y no las verdaderas tradiciones

Para algunos los estereotipos son formas de rendir homenaje a una comunidad, pero la realidad es que perpetúa formas de discriminación y desinformación. Creer que África es un continente en el que no existe la tecnología o decirle chino a cualquier persona de Asia mantiene esa falta de comunicación que termina por perpetuar el mismo racismo. Esto se evidencia más cuando se festejan fiestas de otros países sólo por el festejo y no por el verdadero significado del evento.

Seguir tendencias sin conocer su significado

Muchos estudios de mercado toman cosas de otras culturas y las comercializan. Tal vez si conocieras qué estás consumiendo y honraras a esa cultura estaría bien, pero muchas personas simplemente siguen las tendencias sin preocuparse si esta es ofensiva para alguien. No es una forma de acentuar las diferencias y cerrar fronteras, sino de respetar cada cultura por lo que es. Seguir la cultura de masas sólo porque algo es “bonito” es una de las razones por las que esta práctica pasó tanto tiempo pasó desapercibida.

Debemos ser críticos con lo que consumimos. Así como no nos gusta que hagan un estereotipo de nuestra cultura en otros países, debemos aprender a ser respetuosos con todo lo que llega desde otras fronteras; analizarlo y conscientemente decidir rendir homenaje o alejarnos de una cultura tóxica para las minorías.