Tartrazina: el colorante amarillo que afecta tu cerebro y tu hígado cada vez que consumís una gelatina amarilla, un refresco de lima-limón o snacks saborizados. Se trata de un colorante artificial también conocido como amarillo 5 y uno de los aditivos más comunes en la industria alimentaria.

Aunque su uso es habitual, estudios recientes alertan sobre sus posibles efectos dañinos en el hígado, el sistema nervioso y el ADN. Este artículo analiza las evidencias científicas más recientes para responder: ¿es seguro consumir tartrazina?.

¿Qué es la tartrazina y dónde se encuentra?

La tartrazina (E-102) es un colorante azoico que da tonos amarillos a bebidas gaseosas, golosinas, cereales, yogures, gelatinas, medicamentos y productos cosméticos. A pesar de existir alternativas naturales como la curcumina o el ánnato, sigue siendo popular por su bajo costo y estabilidad.

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La tartrazina (E 102) es un colorante azoico que da tonos amarillos a bebidas gaseosas, golosinas, cereales, yogures, gelatinas, medicamentos y productos cosméticos.
La tartrazina (E-102) es un colorante azoico que da tonos amarillos a bebidas gaseosas, golosinas, cereales, yogures, gelatinas, medicamentos y productos cosméticos.
  • Impactos en el hígado y riñones

Investigaciones en animales muestran que dosis dentro de los límites aceptados pueden generar estrés oxidativo y daño hepático, además de lesiones renales y alteraciones funcionales.

  • Efectos neurológicos

Se asocia su consumo con hiperactividad, irritabilidad y trastornos del sueño, especialmente en niños. Estudios en modelos animales indican daño oxidativo y pérdida neuronal en el cerebro tras exposición prolongada.

Daños en el ADN y riesgos genotóxicos

La tartrazina puede inducir daño en el ADN, afectando la división celular y el genoma, con potencial riesgo en exposiciones crónicas.

Alteraciones reproductivas y hormonales

En animales, la tartrazina afecta niveles hormonales y la estructura de órganos reproductivos, con indicios de posibles efectos teratogénicos en fetos.

Opinión de organismos internacionales

Aunque la EFSA y la FAO/OMS fijan una ingesta diaria admisible de hasta 7.5 mg/kg, algunos estudios sugieren que el consumo real, especialmente en niños, puede superar ese límite y generar efectos adversos.