¿Alguna vez has escuchado hablar del “ecoísmo”? En caso de que no, es comprensible, porque se trata de un término reciente que no goza de la difusión de otros términos relacionados con la salud mental, y se refiere a una persona que lucha diariamente por encontrar su identidad y reforzar su autoestima.

La personalidad ecoísta podría ser definida como: “Cuanto menos se sienten las personas especiales, más modestos se vuelven hasta que, por fin, tienen tan poco sentido de sí mismos que se sienten inútiles e impotentes. Yo llamo ecoístas a estas personas”.

Esas son las palabras de Craig Malkin, el psicólogo que introdujo el término “ecoísta” en su libro Redefinir el narcisismo: el secreto para reconocer y hacer frente a los narcisistas. Y es que el ecoísmo y el narcisismo están íntimamente relacionados, a pesar de que podrían considerarse opuestos.

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Esta personalidad no quiere proyectar modestia, ni siquiera se preocupa por ello, su único miedo es un parecer egocéntrico, narcisista o egoísta que pueda provocar rechazos o críticas por parte de aquellos que lo rodean.

Estas personas silencian por completo su yo interno, llegando a ignorar incluso sus necesidades. Estas personas se pueden sentir incómodas ante un halago o un cumplido, e incluso pueden llegar a enfadarse bastante al recibir uno.

Entre las características de estas personas ecoístas podemos encontrar un gran miedo al sentimiento de ser especial o único. La represión de las necesidades es un síntoma muy común, llegando a marginar incluso las necesidades más básicas. Los ecoístas con frecuencia también manifiestan una extrema sensibilidad emocional y baja autoestima. Y se les hace extremadamente difícil sentirse queridos por los demás.

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Además de tener un autoestima bajo generalizado y estar constantemente en una lucha interna por encontrar su identidad, las personas ecoístas son particularmente vulnerables de caer en las “garras” de una personas narcisista o alguien con ciertas características narcisistas.

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Los narcisistas disfrutan de la atención y la exigen de las personas que los rodean, por lo que los ecoístas pueden sentirse aliviados al mantener una relación romántica o amistosa con alguien que ocupa toda la sala cuando ellos mismos siempre desean recibir la menor atención posible.

El ecoísmo es un problema complejo que afecta a muchas personas, probablemente porque muchas no están conscientes de que lo sufren, y esto puede agravar la condición. Si crees sufrir de algún problema de salud mental, lo mejor será que visites a un especialista. Es importante que conozcas algunos síntomas, pero no debes auto diagnosticarte.

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