Desde hace varios años, se vienen realizando múltiples campañas con slogans como “las abejas salvaran al mundo”, “salvemos a las abejas”, “las abejas son fundamentales para la polinización”, hasta tienen su día mundial… pero no todo lo que brilla es oro.

Un trabajo bastante reciente, pero poco difundido, publicado en mayo de 2018 en la Revista Ecosistemas, sus autores Agüero J.I. et al en su trabajo “Impactos de la abeja melífera sobre plantas y abejas silvestres en hábitats naturales”, nos cuentan que las abejas melíferas, Apis mellifera L., (muchos desconocen esto) son introducidas por la producción de miel y también por la polinización. Pero, cito:

"Sin embargo, esta especie es considerada uno de los principales invasores en sistemas mutualistas de polinización, pudiendo alcanzar abundancias muy altas en comparación a otros visitantes florales (Goulson 2003; Aizen et al. 2014). A pesar de que la abeja melífera es una especie útil considerada benéfica, existe una controversia mundial en torno a su introducción y presencia masiva en los ecosistemas, ya que numerosos estudios demuestran la existencia de impactos diversos e incluso contradictorios."

(Russo 2016; Thomson 2016; Torné-Noguera et al. 2016; entre otros autores).
abeja panal

Las abejas se caracterizan por ser generalistas, es decir que consumen néctar y polen de gran variedad de plantas, lo que aumenta las probabilidades de competencia con abejas nativas y otros polinizadores por el mismo recurso, sumado a la gran densidad de estas por las colmenas artificiales, lo que se agrava más aún por el manejo de colmenas, ya sea por suplementación del alimento o porque son trasladadas según las disponibilidad de flores . Además, como nos dicen en su trabajo Agüero et al, la utilización de los mismos recursos florales aumenta la probabilidad de transmisión de patógenos y enfermedades entre la abeja melífera y las especies de abejas silvestres.

[También te puede interesar: Abejas nativas: ¿qué son y cuál es su importancia?]

Al mismo tiempo, las abejas pueden tener impactos sobre las plantas, sobre todo las silvestres. Los efectos directos pueden ser tanto negativos como positivos; por ejemplo debido al robo de polen y/o néctar puede ocurrir: reducción en la tasa de producción de; frutos y/o de semillas; reducción del polen depositado en estigmas; cambios en el comportamiento y eficiencia de los polinizadores; disminución del polen disponible en el sistema y aborto de flores. Otro impacto negativo es la promoción de la geitonogamia que conlleva a la reducción en la tasa de producción de frutos y/o semillas, así como la reducción en los niveles de entrecruzamiento genético o disminución en la supervivencia de plántulas (22).

Por otro lado, también puede aumentar el pool de polinizadores, lo que aumentaría la producción de frutos y semillas o el entrecruzamiento genético, aunque, en general, suelen ser menos eficientes que muchos polinizadores nativos para plantas silvestres y cultivadas.

k
Polinizadores silvestres.

También están los impactos en redes plantas-polinizadores, como describen Agüero et al: la gran densidad de abejas melíferas puede tener efectos a nivel de la comunidad con una modificación en la abundancia, diversidad y composición de especies de los ensambles de abejas (Kato et al. 1999; Goulson y Sparrow 2009; Elbgami et al. 2014; Herbertsson et al. 2016; Torné-Noguera et al. 2016.) Se observaron en zonas tropicales, donde fueron introducidas abejas africanizadas, que las abejas solitarias suelen cambiar de familia de plantas por la competencia con Apis.

Estas alteraciones en la comunidad de polinizadores nativos y en su comportamiento pueden tener efectos indirectos sobre las especies de plantas (Traveset y Richardson 2006; Dohzono y Yokoyama 2010) y representar un cambio importante en el servicio de polinización de estas especies, afectando negativamente el éxito reproductivo (Hansen et al. 2002; Valido et al. 2002; Valido et al. 2014). Al final, las mismas pueden modificar las relaciones de interacción entre plantas y polinizadores.

[También te puede interesar: El agronegocio atenta contra la vida de las abejas: pesticidas y explotación animal.]

Hacia el final, los autores nos dicen: “la abeja melífera es una especie sumamente beneficiosa y la evidencia muestra que puede tener impactos positivos en ecosistemas naturales, claramente en plantas. Sin embargo, el hecho de que los impactos en abejas silvestres sean casi todos negativos exige evaluar cautelosamente la introducción de colmenas en áreas naturales o semi-naturales, especialmente ahora que ha sido identificada como un importante transmisor de parásitos y patógenos. “

lkj

En síntesis, a pesar de que las abejas son polinizadoras, en nuestros lugares existen múltiples polinizadores que son nativos, es decir “nuestros”. ¿No sería mejor cuidarlos a ellos?