El aceite vegetal es uno de los productos más fáciles de encontrar en la cocina de cualquier hogar. Ya sea para freír, hornear o para condimentar ensaladas, muchas familias consumen este tipo de aceite todos los días. En Argentina, solo en Capital Federal, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) estima que el consumo total de aceites es mayor a 61 millones de litros al año.

Pero, ¿qué pasa con ese aceite usado que nos queda después de cocinar? Lo más común es que se descarte en las cañerías, en la tierra o en frascos que luego se entierran. Esto encendió la alarma para las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ya que está comprobado que solo un litro de aceite usado puede llegar a contaminar hasta 1.000 litros de agua. Eso equivale a la misma cantidad de agua que utiliza una persona en 1,5 años.

Para hacer frente a esta situación, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de esa ciudad creó un programa específico que busca lograr la disposición correcta del aceite vegetal usado de generación domiciliaria. La iniciativa es coordinada a través de su Agencia de Protección Ambiental (APrA) y tiene como objetivo establecer un sistema de disposición responsable para su posterior recolección, reciclado y transformación.

El aceite que entregan los vecinos en botellas en los puntos de recepción llegan a la planta operadora donde se transforman en biocombustible. ALPI, una asociación civil dedicada al diagnóstico y tratamiento de enfermedades neuromotoras, se encarga de funcionar como intermediario entre ambos puntos. Los ingresos que genera esta actividad son destinados a la construcción de un Centro de Internación y Rehabilitación Pediátrico.

¿Cuáles son las ventajas de este programa?

  • Desechar de manera apropiada el aceite vegetal usado evita la contaminación hídrica, del suelo y de los conductos subterráneos de la Ciudad.
  • Permite aprovechar un valor intrínseco muy grande que tiene el aceite vegetal usado: gracias a su gran poder calorífico puede ser utilizado como combustible para la producción de biodiesel.

¿Cuáles son algunos de los objetivos del programa?

  • Prevenir la contaminación de los recursos naturales, fomentando la reducción de la generación de aceite vegetal usado en origen, su reutilización y reciclado, a través de la transformación en biodiesel.
  • Reducir la disposición directa o indirecta del aceite en cloacas, colectoras, conductos pluviales, cursos de agua.
  • Evitar las obstrucciones en conductos cloacales y pluviales de la Ciudad.
  • Contribuir con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a través de la utilización de biodiesel por parte de la flota automotor del Gobierno de la Ciudad.
  • Promover la participación y concientización de los ciudadanos en la gestión ambientalmente adecuada del aceite.

¿Ya hay resultados visibles?

Este programa comenzó en junio de 2016 y ya se han incorporado hasta hoy y de forma paulatina más de 100 puntos de recolección (sedes comunales, sedes de gobierno, Puntos Verdes en parques y plazas, entre otros).

Hasta el momento se han recolectado 38.216 litros de aceite vegetal usado, lo que equivale a 38.216.290 litros de agua no contaminada. Esta cantidad de agua no contaminada llenaría 15 piletas olímpicas.

Los vecinos se sumaron a la propuesta: 24.668 de ellos llevaron el aceite hasta alguno de los puntos de recepción.

Además, todo el aceite recuperado se transforma en biodiesel: hasta el momento se han producido más de 38.000 litros.

¿Qué opinas tú sobre este programa? ¿Crees que te resultaría útil poder desechar correctamente el aceite que usas en tu casa? ¿Te gustaría replicar esta iniciativa en tu ciudad?

Más info:

@BACiudadVerde

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@edumacchiavelli

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