Según la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES, 2019), hoy hay alrededor de un millón de especies de animales y plantas en peligro de extinción y muchas podrían desaparecer en pocas décadas si no se toman las medidas necesarias para detener o revertir esta situación. En América Latina y el Caribe, una de las regiones más biodiversas del planeta, el escenario requiere acción inmediata. Según el informe Planeta Vivo (WWF, 2022), la región registra el declive regional más alto a nivel mundial, con una disminución promedio del 94% en las poblaciones monitoreadas debido a la deforestación, la degradación del suelo, la contaminación y el cambio climático.

Cada especie tiene un papel único en el ecosistema y su desaparición puede tener efectos graves en todo el mundo, ya que la pérdida de especies y ecosistemas impacta en nuestra calidad de vida y amenazan directamente nuestra salud y futuro en el planeta.

Accionar para evitar la extinción

Una de las formas de impedir la extinción de especies es reforzar las poblaciones naturales más críticas a través de proyectos que involucran la reproducción y la crianza asistida de individuos en instalaciones especializadas, fuera de su ambiente natural (estrategia de conservación ex situ). Una vez dadas las condiciones, tanto biológicas propias de la especie como ambientales (como por ejemplo, el control de las amenazas que pusieron en riesgo a la especie en primer lugar), los individuos pueden ser trasladados a su hábitat natural para fortalecer poblaciones afectadas.

Estas iniciativas, desafiantes y complejas, son posibles gracias a la participación de instituciones como bioparques, zoológicos, acuarios, museos e incluso viveros, con una visión moderna del rol fundamental que tienen en la conservación de la biodiversidad. Porque cuentan con la infraestructura adecuada que permite mantener altos estándares de bienestar animal, los profesionales capacitados, con conocimiento teórico y la experiencia real en la práctica del manejo de especies de fauna y flora silvestre bajo cuidado humano para llevar adelante con éxito estos proyectos.

Casos emblemáticos de recuperación de especies al borde de la extinción, por este tipo de instituciones, son el cóndor de California (del que quedaban menos de 30 individuos en todo el mundo), el caballo de Przewalski (considerado extinto en la naturaleza en 1970) y la rana dorada panameña (rescatada al borde de la extinción por pérdida de hábitat y enfermedades infecciosas).

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Fundación Temaikèn: proyectos de reproducción y trabajo en red

Para evitar la extinción de ciertas especies, Fundación Temaikèn tiene distintos proyectos de conservación que involucran la reproducción y crianza asistida, bajo cuidado humano. Se desarrollan en diferentes ambientes y espacios como el Acuario del Bioparque, el Centro de Recuperación de Especies en Escobar, la Reserva Natural Osununú en Misiones y la Estación de Recría Shoonem en Chubut. Algunos de los proyectos son:

  • Caracoles de Apipé (Aylacostoma chloroticum)

Este molusco, que solo se encontraba en los rápidos de Apipé, en el río Paraná, está críticamente amenazado por modificaciones en el cauce y la dinámica del río. El Acuario de Temaikèn aloja, en recintos especiales, más de 200 ejemplares rescatados que fueron trasladados desde el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN). El objetivo es incrementar el número y tamaño de las poblaciones de los caracoles para reducir su riesgo de extinción y trabajar para que pronto vuelvan a su hábitat natural. Es un claro ejemplo de cómo las instituciones zoológicas modernas pueden aportar a la conservación de especies y ecosistemas autóctonos.

CARACOLES DE APIPE 1
  • Guacamayo Rojo (Ara chloropterus)

Luego de desaparecer de Corrientes, habitó las selvas del noreste de la Argentina hasta hace unos 150 años, cuando la especie se extinguió completamente en el país. En 2018, Fundación Temaikèn inició su programa de reproducción y cría de este guacamayo, contribuyendo con el programa de Rewilding Argentina de reintroducción de la especie en el Parque Nacional Iberá. En este caso es fundamental el rol de un zoológico moderno para lograr la reintroducción de una especie autóctona extinta en el país.

  • Huemul (Hippocamelus bisulcus)

Se estima que solo quedan entre 350 y 500 huemules en la Argentina. Desde 2022, en la localidad de Alto Río Senguer (Chubut), funciona la Estación de Rehabilitación y Recría de Huemules Shoonem. El proyecto tiene como propósito trabajar en la recuperación, reproducción y reintroducción del ciervo patagónico. Para ello, cuenta con personal de Fundación Temaikèn en el campo, que realiza un seguimiento exhaustivo de los animales. Durante el verano pasado, nació la primera cría de huemul de la Estación, lo que permite estudiar mejor a esta especie ya que se cuenta con escasa información sobre ella. Este proyecto se desarrolla junto a la Fundación Shoonem y la Dirección de Flora y Fauna Silvestre dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio de la provincia de Chubut.

HUEMULES 1

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  • Plantas endémicas de San Ignacio

La flora también se extingue. El sur de la provincia de Misiones tiene una riqueza biológica única en el mundo, poco conocida. Muchas de estas especies están en peligro Crítico porque sus poblaciones están constituidas por pocos ejemplares (se llegaron a contar solo 10 individuos de una especie). Desde 2011, Fundación Temaikèn lidera un proyecto de conservación de trece especies endémicas de Misiones, que consiste en la investigación, mapeo, monitoreo de sus poblaciones y desarrollo exitoso de plantines en el vivero de la Reserva Natural Osununú. En este tiempo, se ha logrado identificar nuevas especies, conocer su número poblacional y generar propuestas de normas municipales y provinciales para asegurar su protección.

Además, Fundación Temaikèn trabaja en la reproducción de otras especies amenazadas. Por ejemplo, con el cóndor andino se busca colaborar en el refuerzo de poblaciones naturales; en el Acuario se conserva una población de la rana patagónica y también se estudia la reproducción de diferentes especies de rayas para generar conocimiento indispensable para su conservación.