* Por Leandro Tamini – Coordinador del Programa Marino de Aves Argentinas y Esteban Frere – Coordinador Sudamericano Programa Aves Marinas BirdLife - Investigador UNPA CONICET

Como todos los 19 de junio, este año se celebró el Día Mundial del Albatros, efeméride cuyo objetivo es concientizar sobre la actual crisis de conservación que amenaza a estas especies. Además, es una oportunidad para aprender más acerca de las aves marinas y la forma en que podemos disminuir el impacto de los seres humanos sobre ellas. El lema de este año es el Cambio Climático.

Los albatros son el grupo de aves más amenazados del planeta. Estos fantásticos animales, que pueden surcar sin problemas cientos de kilómetros de mar en un solo día, se encuentran en peligro debido, fundamentalmente, a dos problemas: la captura incidental en la pesca y las especies introducidas en las colonias donde anidan.

Existen ejemplos bien documentados sobre cómo estas amenazas han disminuido algunas poblaciones de albatros llevándolas hasta casi la extinción. En un estudio reciente se menciona que el 90% de las especies están siendo afectadas por la captura incidental y el 55% por amenazas en tierra, particularmente la predación por especies invasoras.

Sin embargo, en los últimos años se ha identificado al cambio climático como la tercera amenaza más importante para este grupo que ha puesto en jaque a dos de las tres especies de albatros que se reproducen en el Pacífico Norte: el albatros de patas negras y el albatros de Laysan.

Estas dos especies tienen parte de sus poblaciones reproductoras en los atolones bajos de las islas hawaianas del noroeste de los EEUU. Estos atolones, y sus aves marinas reproductoras, están en riesgo por el aumento del nivel del mar y el aumento en el número y la gravedad de las tormentas que provocan inundaciones, ambos eventos considerados como una consecuencia del cambio climático.

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Créditos: Leandro Tamini

Otros ejemplos de efectos secundarios del cambio climático sobre estas especies incluyen el aumento de la población de ratones domésticos debido al clima cálido de la Isla Marion de Sudáfrica, que provoca la predación de polluelos de los albatros que allí anidan y el aumento de las tasas de divorcio en las parejas reproductivas de albatros de ceja negra en las Islas Malvinas, situación que impacta sobre la productividad de la especie.

Las dos principales amenazas ya mencionadas tienen soluciones conocidas y probadas. El cambio climático se diferencia en que existe una perspectiva limitada de mitigación directa de la mayoría de los principales impactos conocidos o potenciales.

Estos incluyen cambios en los procesos oceanográficos (que dan como resultado una disminución en la disponibilidad de alimento alrededor de las colonias), una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, inundaciones de colonias debido al aumento del nivel del mar o fuertes tormentas, o una mayor incidencia y virulencia de patógenos aviares.

El 89% de las especies de aves marinas en general que están siendo afectadas por el cambio climático también se ven afectadas por las otras dos amenazas, cuyos impactos son del mismo orden de magnitud.

La magnitud de la combinación de impactos y sus efectos aditivos es todavía desconocido para la ciencia, pero seguramente tendrá resultados catastróficos en las poblaciones de aves marinas, y particularmente en las de los albatros. Esto enfatiza la importancia crucial de abordar de manera efectiva estas otras amenazas importantes para compensar los impactos negativos del cambio climático.

En nuestro país, la implementación efectiva de medidas de mitigación para reducir la captura incidental de albatros en las pesquerías que operan en el Mar Argentino resulta necesario y urgente en un marco de dialogo entre la sociedad civil, la industria pesquera y la administración pública.