Este año, todas las escuelas de Nueva Zelanda tendrán acceso a material educativo sobre la crisis climática escrito por las principales agencias científicas del país. Las lecciones incluirán herramientas para que los estudiantes planifiquen su propio activismo y procesen sus sentimientos de "eco-ansiedad" por el calentamiento global.

Diversos gobiernos, como el de Australia y Reino Unido, se han enfrentado a críticas por la falta de enseñanza coherente sobre la crisis climática. Pero este plan de estudios pondrá a Nueva Zelanda a la vanguardia de la educación sobre el cambio climático en todo el mundo.

Los contenidos se ofrecerán en todas las escuelas que enseñan a estudiantes de 11 a 15 años, pero no será obligatorio.

"Eco-ansiedad" en la juventud

Una de las principales motivaciones para crear este programa de educación climática pública es calmar la ansiedad que sienten los jóvenes frente al problema de la crisis climática.

El acceso a las redes sociales les permite ver a diario decenas de malas noticias sobre el clima, y "la sensación de impotencia que resulta de eso es extremadamente angustiante", dijo James Shaw, ministro de cambio climático de Nueva Zelanda y co-líder del Partido Verde, a The Guardian.

El año pasado, cientos de miles de estudiantes de escuelas y universidades de todo el mundo, incluso en Nueva Zelanda, abandonaron sus clases para participar en una serie de protestas climáticas.

Un grupo de psicólogos británicos advirtió en septiembre que los jóvenes se sienten traicionados y abandonados por las generaciones mayores por su falta de acción sobre el tema climático, y la preocupación al respecto ha provocado cada vez más ansiedad y depresión.

Un piloto del nuevo currículo se ejecutó en una escuela en la ciudad de Christchurch en 2018, y su éxito condujo a la introducción de materiales para la implementación a nivel nacional.

estudiantes examen

Para empezar a procesar su ansiedad climática, los jóvenes, sin embargo, "profundizarían en las malas noticias" de la ciencia que explica la crisis climática, según Shaw, pero los recursos del programa les permitirían tener herramientas para gestionar sus sentimientos.

Los materiales creados para los maestros sugieren que los estudiantes mantengan un "termómetro de sentimientos" para rastrear sus emociones, aprender a cambiar el diálogo interno derrotista y considerar cómo sus sentimientos podrían generar acción y respuesta.

Otra herramienta en el plan de estudios ayuda a los estudiantes a crear y llevar a cabo un plan de acción sobre un tema ambiental en particular, como la creación de un jardín comestible.

Nueva Zelanda no es el único país en incluir la educación sobre el cambio climático en su currículo. Italia se convertirá este año en el primer país del mundo en hacer que la sostenibilidad y la crisis climática sean materias obligatorias para los estudiantes, con material integrado en lecciones regulares, como matemáticas y geografía.

Fuente:

Reuters

The Guardian