Cada año se desperdician alrededor de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos. En el caso del plástico, la cifra asciende a cientos de millones de toneladas. No es difícil darse cuenta que se trata de un verdadero problema.

Estas cifras crecen año a año, lo que hace que las proyecciones a futuro sean muy poco alentadores. La buena noticia es que cada vez son más las personas y las empresas que trabajan para revertir la situación. Pero, ¿cómo?

La recuperación y el reciclado

Muchas de las cosas que descartamos y que terminan en la basura tienen la posibilidad de reciclarse, al menos en parte. Cuando hablamos de artefactos electrónicos, no solo muchos de sus componentes son reciclables, sino que también generan valor, porque contienen materiales caros.

“El problema de los desechos es que implican hacer minería inversa: enterramos oro, plata, hierro, aluminio, plomo y petróleo (plásticos) en rellenos y basurales. Y hoy el mundo demanda esos materiales”, explica el especialista en el tema, Gustavo Fernández Potomastro, biólogo de la Universidad de Buenos Aires.

El gran problema es que el proceso de recuperación y reciclaje es complejo, y en algunos casos, muy caro. Por eso muchas veces se prefiere dejar que esos materiales de descarte terminen en la basura, en vez de buscar maneras de recuperarlo.

El rol de la etapa de producción

Es muy importante tener en cuenta que las industrias que fabrican productos electrónicos y plásticos son también generadoras de desechos, que suelen ser enormes. En este sentido, aunque las cantidades de desperdicio son muy grandes, hay una ventaja: es posible evitarlas de raíz.

Teniendo empresas responsables que se ocupen de reducir a cero su propio desperdicio en componentes electrónicos y plásticos, sería posible reducir en gran medida a basura de este tipo en todo el mundo. Para ello, en algunos países y regiones, se están sancionando leyes que obligan a las empresas a tratar sus residuos reciclables. De este modo, se garantiza que, al menos en la etapa de producción, no se generen desechos que podrían ser rescatados.

Fábrica de productos electrónicos

Una nueva y prometedora industria: la gestión de residuos

En este contexto, empieza a pisar fuerte un rubro industrial que podría traer soluciones importantes a corto y largo plazo: las empresas de gestión de residuos reciclables. Un caso de éxito en Argentina es Destino Sustentable, fundada por Federico Frigerio.

Esta empresa se encarga de brindar un servicio integral a las industrias electrónica y plástica, que incluye asesoramiento, instalaciones dentro de la empresa, retiro de residuos y procesamiento de los mismos. De este modo, Destino Sustentable garantiza que las industrias con las que trabajan no generen desperdicio, y además vuelve a ingresar a la cadena de valor el material reciclado.

“El servicio consta de varias partes. La primera es una consultoría interna. También armamos zonas de acopio diferenciadas, capacitamos al personal de limpieza para que entienda cómo separar y clasificar los residuos y aparte ponemos a disposición unos furgones de 100 mts. cúbicos que se utilizan como depósitos externos”, cuenta Frigerio.

"Después, esos residuos se transportan a nuestra planta. Nosotros tenemos máquinas industriales que procesan los distintos tipos de residuos. El cartón, por ejemplo, lo prensamos y lo vendemos a pasteras para que vuelvan a hacer papel y cartón”, agrega el fundador de Destino Sustentable.

El eslogan de la empresa es “Transformando residuos en recursos”. Así, este nuevo rubro de empresas parece ser una posibilidad de reducir notablemente la contaminación que genera la producción industrial y genera los cimientos de la economía circular. Si todas las industrias contaran con este servicio, los resultados para el planeta serían evidentes.

Si quieres saber más sobre el trabajo de Destino Sustentable puedes entrar a su web.