Las selvas de noreste de Argentina fue el hogar de los guacamayos rojos hace más de 150 años atrás. En 1828 fue la última vez que se vio una pareja de estos ejemplares, específicamente en la provincia de Corrientes. Y se documentó una de las últimas citas del naturalista Alcides D´Orbigny, quien cazó uno de ellos mientras navegaba el río Paraná. El cual está entre las actuales localidades de Itá Ibaté y Villa Olivari.

Después de 187 años, nace el proyecto que tiene como objetivo traer de vuelta a esta especie al parque Iberá y a la República Argentina. Lo que supone un gran reto por ser la primera vez que una especie extinta sería devuelta a la naturaleza en el país. Ahora, ese esfuerzo finalmente rinde sus frutos con el nacimiento los primeros pichones de estas aves en tierras argentinas.

Proyecto guacamayo rojo de Iberá

La Fundación Rewilding Argentina y la Provincia de Corrientes iniciaron el proyecto de reintroducción de guacamayo rojo, en el Parque Iberá en 2015. Poco tiempo después se sumó la Administración de Parques Nacionales. Los animales que fueron devueltos a la naturaleza provenían de donaciones de particulares, zoológicos y centros de rescate de fauna.

Pero el proceso para regresar estas aves a la naturaleza fue difícil y tomó mucho tiempo. Ya que debían pasar de la vida en cautiverio a la libertad. Lo que implica, adaptarse a su nuevo hogar, aprender a volar, buscar e ingerir frutos nativos y saber evadir a los depredadores que las asechan.

Actualmente, ya existen varias parejas consolidadas que vuelan por los cielos del Iberá. Incluso, algunas veces visitan pueblos como Ituzaingó, Apipé, Loreto y Villa Olivari. Sin embargo, ningún programa de reintroducción puede ser completamente exitoso hasta que los individuos puedan reproducirse. Y para alegría de muchos que trabajan en el proyecto, ya se pueden contar pichones de guacamayo rojo en la Argentina.

Los primeros huevos de guacamayo rojo en el Iberá

Todas las etapas del proyecto han sido marcadas por grandes esfuerzos de adaptación que implicaban distintas acciones de manejo de los guacamayos. Aprendiendo sobre la marcha para mejorar cada técnica.

Hasta que en el 2019, el guacamayo rojo volvió a reproducirse en suelo correntino, luego de 150 años de ausencia de la especie en la provincia. Y aproximadamente 50 años de ausencia en el país. Un hecho histórico que es la suma de numerosas actividades que han llevado a cabo cuidadores e investigadores del proyecto.

Durante un viaje a Perú, Marianela Masat, investigadora y cuidadora de la especie, ayudó a esclarecer muchas dudas sobre los cuidados que debían recibir los huevos. Aunque estas aves los cuidan celosamente, cuando son principiantes cometen muchos errores, pudiendo sacar adelante solo un pichón.

Sin embargo, gracias a las habilidades aprendidas por todo el equipo, han logrado que varios huevos de diferentes parejas y en distintos lugares eclosionaran. Hoy los primeros pichones se mantienen en vigilancia para aprender más sobre esta nueva etapa que se está viviendo.

Sin dudas, se trata de un gran paso para que la especie vuelva a habitar en Argentina. ¡bravo!