Los científicos ya se encuentran alarmados sobre el ritmo en el que están decayendo las poblaciones de tiburones. En este contexto, un grupo utilizó la inseminación artificial para dar vida a 97 tiburones bebé, según un nuevo estudio publicado en Scientific Reports.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature, a principios de este año, un total de 16 de las 31 especies de tiburones oceánicos están ahora en peligro o peligro crítico de extinción. La cantidad de tiburones y rayas oceánicas en el mundo ha disminuido en un 71 % de 1970 a 2018, según los observadores.

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En este marco, los científicos lograron ahora lo que se calificó en un comunicado como “el esfuerzo más grande jamás realizado” para inseminar tiburones hembra de manera artificial. El estudio fue dirigido por científicos de la South-East Zoo Alliance for Reproduction & Conservation, una organización sin fines de lucro con sede en Florida, en colaboración con cinco acuarios de distintas ciudades de Estados Unidos.

La inseminación artificial podría lograr que haya poblaciones más saludables de tiburones en los acuarios al fomentar la diversidad genética. También que no haga falta trasladar tiburones de un sitio a otro para el apareamiento, según indican los investigadores, es un proceso costoso que además es estresante para los propios animales.

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¿Cómo se llevó a cabo este experimento?

Los científicos recolectaron semen de 19 tiburones bambú de manchas blancas machos y lo usaron para inseminar a 20 hembras. La autora principal, Jennifer Wyffels, explica que el estudio tardó cuatro años en completarse.

Los tiburones bambú de mancha blanca, o Chiloscyllium plagiosum, son una especie del océano Indo-Pacífico considerada cerca de la amenaza por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Según comunicó Wyffels por correo electrónico, eran los candidatos ideales para esta investigación.

Fuente: CNN

Estos tiburones, que alcanzan una longitud máxima de aproximadamente un metro,“son una especie de tiburón más pequeña y más fácil de manejar para procedimientos reproductivos en comparación con los tiburones tigre de arena que alcanzan de 1,8 a 2,4 metros”, explicó.

El hecho de que los tiburones bambú de manchas blancas pongan huevos también fue clave. “Es mucho más fácil monitorear los huevos para el desarrollo del embrión que examinar a una hembra de tiburón preñada”, dijo Wyffels.

Cada hembra tuvo que ser vigilada durante aproximadamente seis semanas antes de confirmar que estaban poniendo huevos y que esos huevos no estaban siendo fertilizados con esperma que estuviera almacenado en el cuerpo de apareamientos anteriores, una capacidad que tienen muchas especies de tiburones.

Se inseminó de dos a tres hembras a la vez, aclaró Wyffels. Además agregó que "cada intento requirió cerca de nueve meses para completarse antes de que se pudiera iniciar uno nuevo”.

Los científicos también observaron casos de reproducción asexual o partenogénesis, un proceso que permite a las hembras crear un embrión sin depender del material genético de un macho. Estos fueron los casos más sorprendentes para el equipo.

La información de este estudio ya se está aplicando para desarrollar técnicas de inseminación artificial para otras especies de tiburones, incluidos los tiburones tigre de arena.

Kevin Feldheim, coautor del estudio, cree que la inseminación artificial puede jugar un papel importante para proteger a las especies en peligro de extinción, pero señaló temas más amplios a nivel global que deben abordarse. Entre ellos están la creación de áreas marinas protegidas para especies como los tiburones, la necesidad de reducir las capturas y de abordar el cambio climático.

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Fuente: noticiasambientales.com