Todos hemos vivido alguna vez situaciones de mucho estrés, y sabemos que son momentos en los que no la pasas nada bien. Pero el mayor problema no son las sensaciones desagradables que atravesamos.

Lo más complicado de las situaciones de extremo estrés es que nos paralizan. Nos dejan en jaque y sin saber cómo actuar. Muchas veces, eso provoca que terminemos tomando decisiones impulsivas de las que después nos arrepentimos.

Para evitar eso, lo mejor es estar bien preparado de antemano. Por ello, es buena idea considerar estas reglas de oro para manejar ese tipo de situaciones.

1. Respira y cuenta hasta 10

Sí, es un consejo bastante trillado, pero funciona. Concentrarte durante algunos segundos en tu respiración ayudará a que puedas pensar con más claridad y te sientas más relajado. ¡No digas ni hagas nada antes de respirar profundo un par de veces!

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2. Descubre cuál es tu diálogo interno y cámbialo

A veces lo que más nos estresa de una situación es que tenemos la sensación de no poder hacer nada, o que nos ronda por la cabeza el pensamiento de que esa situación puede hacernos daño. En cierto modo, sin embargo, está todo en tu cabeza.

Intenta cambiar el pensamiento de que no puedes manejarlo por el de “haré lo mejor que pueda, independientemente del resultado”. Si lo haces como ejercicio frecuente, descubrirás que puedes hacer mucho más de lo que creías.

Intenta cambiar tus creencias negativas sobre ti mismo y sobre la situación por otras más realistas.

3. Da un paso pequeño

A veces hay situaciones que nos agobian porque requieren demasiadas acciones en un período corto de tiempo. Nos sentimos completamente sobrepasados y, entonces, no hacemos nada.

Lo mejor en esa instancia es hacer algo. Dar el primer paso. No importa si no lo acabas todo, una acción pequeña es mejor que ninguna. Si tu casa se está incendiando, da el primer paso, el más obvio, y llama a los bomberos.

4. Mira el panorama completo

Si te encierras en tus propias sensaciones y en cómo te sientes, estarás viendo un aspecto muy reducido del panorama. Ante una situación de extremo estrés, procura respirar hondo y mirar alrededor. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estás? ¿Con quién estás? ¿Qué están haciendo?

A veces el estrés está más en nuestra cabeza que en la realidad. Tal vez nadie está tan pendiente de ti como crees. Quizá la situación no es tan terrible, a juzgar por lo relajados que se ven los demás. Quizá realmente la vida no está en juego.

5. Pide ayuda

Muchas veces dejamos que el estrés nos sobrepase simplemente porque no sabemos pedir ayuda a tiempo. Y aquí no hablamos de ayuda profesional, aunque si tienes problemas recurrentes con el manejo del estrés, deberías considerarlo como opción.

Habla con tu pareja. Llama a un amigo para pedirle consejo. Sé sincero y dile a tu jefe que no sabes cómo resolverlo. Trabaja en equipo.

La soledad y esa sensación de que todo depende de nosotros es una de las mayores fuentes de estrés. Cuando, en realidad, siempre hay alguien dispuesto a ayudar.

Y tú, ¿qué haces para lidiar con el estrés? Déjanos tus comentarios.

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