Esta es una buena oportunidad para pensar en cómo tener una oficina más amigable con el medioambiente porque muchos de nosotros ya no viajamos todos los días al trabajo. Si bien de esta manera ya estamos reduciendo una parte de nuestra huella de carbono, todavía podemos hacer un poco más.

Seguro ya han oído hablar de las 3R y han tratado de implementarlas en su vida diaria, pero… ¿saben cómo las podemos utilizar en nuestro home office? Afortunadamente, la lista de cosas que podemos hacer es infinita, pero si tenemos que empezar por pequeños cambios en nuestra rutina, es mejor que los vayamos incorporando de a poco y que ellos sean sencillos y funcionales. A continuación, vamos a ver cómo hacerlo.

Reducir

Para simplificar el consumo deberíamos utilizar lo que ya tenemos y, en consecuencia, vamos a generar menos basura. Una manera de hacerlo es dejando de comprar insumos de librería que contengan plástico. Sí, los marcadores color pastel son divinos… pero ¿son realmente necesarias todas las tonalidades? Una buena manera de reemplazarlos es con lápices de colores cuyos desechos pueden ir directo al compost.

Además, podemos elegir trabajar cerca de una ventana, en el patio o balcón para aprovechar al máximo la luz natural y apagar las luces que no sean necesarias. No hay nada más lindo que nos dé el sol en la cara (de todas maneras, ¡no nos olvidemos del protector solar!).

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Reutilizar

Agendas de años anteriores, recortes de hojas, gomas y lápices viejos son algunos de los elementos que están en nuestros hogares pero que terminamos tirando porque creemos que no sirven o no los vamos a volver a usar. Antes de desecharlos, piensen en sacarle el máximo provecho para generar la menor cantidad de basura posible. Por ejemplo, en lugar de comprar un nuevo anotador, podemos seleccionar las hojas que quedaron sin escribir o, incluso, podemos recortarlas y crear uno a nuestro gusto.

También pensemos en esos elementos que nos hacen trabajar más cómodamente. ¿Quién no sintió que necesita un soporte o elevador para el monitor de la computadora? No es necesario gastar dinero en comprar uno si tenemos libros que lo pueden hacer tranquilamente.

Reciclar

¿Qué pasa cuando no podemos reutilizar lo que ya tenemos? Es momento de pensar en la disposición final de esos materiales y hacer la separación de origen. Si los marcadores se quedaron sin tinta, no los tiremos. Como la mayoría de ellos están hechos de plástico, podemos juntarlos y, con el resto de los reciclables, los llevamos a donde puedan recuperarlos. Lo mismo sucede con los restos de papeles y carpetas que ya no usamos más.

Como mencioné al comienzo, estos consejos son prácticos para poder empezar ahora mismo y son cambios simples que solo necesitan de saber estar un poco más conscientes de cómo trabajamos. Aunque no parezcan tan grandes, de a poco, vamos a ir teniendo un lugar de trabajo mucho más minimalista y que cumpla con nuestro objetivo: ser más sustentables.

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