Así como somos seres biológicos y también sociales, también somos seres espirituales. Cada uno de nosotros desarrolla distintas maneras de conectarse con su lado espiritual. Para algunos, tiene que ver con la religión; pero para otros simplemente esto está relacionado con sentirse parte de un todo que nos contiene y, al mismo tiempo, nos excede en mucho más de lo que podemos ver.

A la India, uno de los centros históricos espirituales por excelencia que existen en el mundo, muchos viajantes llegan en la búsqueda de respuestas personales muy profundas.

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Allí se enseñan y se difunden 4 leyes de la espiritualidad que, viajes o no hasta allí, deberías conocer.

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Regla 1: "La persona que llega es la correcta"

Esto quiere decir que las casualidades no existen. Las personas con las que nos cruzamos o relacionamos, aún aquellas con las que no nos llevamos bien, son maestros que vienen a enseñarnos algo, aunque más no sea mostrarnos (cómo un espejo) algo de nosotros mismos que no queremos ver.

Regla 2: "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido"

Cuántas veces nos lamentamos pensando lo que hubiéramos hecho, dicho o sentido si tal o cual cosa. Pero por algo sucede todo de esta manera y no de otra.

Lo que pasó fue lo que pudo haber pasado, y no podemos cambiar el pasado.

Lo que sucede, aún si lo vemos como negativo, es perfecto, y siempre traerá consigo un aprendizaje para nuestra evolución.

Regla 3: "Cualquier momento es el correcto"

La ansiedad o la culpa a veces hace que pensemos que las cosas pasan demasiado tarde o demasiado temprano. Pero, en verdad, pasan en el momento justo en que estamos preparados para que algo nuevo realmente suceda.

Regla 4: "Cuando algo termina, termina"

Es muy común que el apego a veces no nos deje ver que las cosas que se terminan (relaciones, trabajos, amistades, etc) son finales de ciclos y eso nos conduce a nuestra propia evolución.

Por eso es mejor siempre soltar y seguir adelante, ayudados por esa experiencia ganada.

Fuentes:

Infobae

Regla 3: "Cualquier momento es el correcto"

La ansiedad o la culpa a veces hace que pensemos que las cosas pasan demasiado tarde o demasiado temprano. Pero, en verdad, pasan en el momento justo en que estamos preparados para que algo nuevo realmente suceda.

Regla 4: "Cuando algo termina, termina"

Es muy común que el apego a veces no nos deje ver que las cosas que se terminan (relaciones, trabajos, amistades, etc) son finales de ciclos y eso nos conduce a nuestra propia evolución.

Por eso es mejor siempre soltar y seguir adelante, ayudados por esa experiencia ganada.

Fuentes:

Infobae

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