"Lluvia Sólida" es el nombre del producto creado por el mexicano Sergio Rico, fundador de la empresa Silos de Agua. Esta empresa comercializa este particular producto, un polímero biodegradable en polvo no tóxico, que es capaz de absorber 200 veces su peso en agua. El mismo se esparce por los cultivos y puede llegar a acumular agua hasta por 40 días.

En México se destina 80% del agua nacional a la agricultura, pero hay un problema de escasez en varias regiones del mapa. La buena noticia es que el 90 % de ésta agua podría ahorrarse con la utilización de la "Lluvia Sólida" ya que este invento puede almacenar agua por más de un mes.

¿Cómo funciona?

La lluvia sólida viene en forma de polvo, que se puede plantar a la altura de la raíz de la planta. Al llover, el polvo que está puesto en la tierra provoca una ionización, es decir, libera energía y solidifica el agua. El agua se adhiere al polímero del que está hecha la lluvia sólida y forma pedazos de líquido, los cuales quedan en la raíz.

La planta absorbe la humedad de los pedazos del líquido conforme la requiere. Al hacer esto, no se modifica el pH, ni las sales, ni los nutrientes. De manera simplificada, en contacto con el agua, el polvo se convierte en gel y puede almacenar el líquido hasta por 40 días. Además, los trozos de agua pueden durar entre 8 y 10 años en la tierra, por lo cual una planta puede resistir sin problemas las temporadas de sequía. Se requieren aproximadamente 25 kilogramos del producto para una hectárea de cultivo.

Cuando deja de llover y la raíz ya absorbió toda la humedad, el polímero vuelve a ser polvo, por lo que el proceso es cíclico. Es por eso que los agricultores lo usan para almacenar el agua de lluvia y usarla como método de riego. De hecho este producto es usado ya por agricultores argentinos, españoles, franceses, indios, israelíes y rusos.

La raíz se mantiene húmeda por dos meses y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones. Además, aumenta cinco veces la productividad de los cultivos de maíz. el Rico explica que el sistema permite a los agricultores ahorrar hasta 80% en costos, ya que usan menos agua, fertilizantes, energía eléctrica y mano de obra.

Esta nueva tecnología es una solución innovadora para un problema que asedia varias regiones del mundo. Tal vez sea una de las respuestas más concretas a este tema, ya que se ha comprobado su utilidad, pero será el tiempo (¡y las lluvias!) el que tenga el veredicto final.