El 30 de agosto de 2019, los astrónomos de la NASA, la Asociación Espacial Europea (ESA) y la Red Internacional Científica Óptica (ISON) anunciaron haber detectado un nuevo cometa, llamado 2I/Borisov, o simplemente Borisov.

Pero no es un cometa cualquiera, porque se trata de un cometa interestelar. Esto quiere decir que no gira alrededor de una estrella de la forma en la que la Tierra y los demás planetas del sistema solar lo hacen. En cambio, estos cometas se mueven por el espacio vacío entre distintos sistemas solares, cruzándose ocasionalmente con el movimiento de planetas y estrellas.

La detección Borisov causó gran emoción ya que es el segundo objeto interestelar detectado por los astrónomos. El primero era el misterioso objeto conocido como Oumuamua, cuya naturaleza aún sigue sin quedar del todo clara.

Después de mucha espera y varias observaciones, Borisov pasará por su punto más cercano a la Tierra. Se espera que este viajero interestelar pase cerca del perihelio solar (el punto más cercano de su órbita a la Tierra) el próximo 8 de diciembre, y que a finales de mes esté aún más próximo.

Para conmemorar la ocasión, un equipo de astrónomos y físicos de la Universidad de Yale capturó una imagen de primer plano del cometa que es la más clara hasta ahora. Esta imagen muestra al cometa formando una cola a medida que se acerca al Sol.

La imagen fue capturada el 24 de noviembre usando el Espectrómetro de Imágenes de Baja Resolución del Telescopio Keck I, ubicado en el Observatorio Keck en Hawái.

Según la imagen que capturaron, los expertos estiman que la cola del cometa se extiende por una distancia de casi 160.000 kilómetros. Para tener una idea de su tamaño, la Tierra mide 12.742 kilómetros de diámetro, lo que hace que la cola de Borisov sea 14 veces más grande que nuestro planeta.

Es importante tener en cuenta que el núcleo sólido del cometa mide solo 1.6 kilómetros de largo. Como con todos los cometas, el material congelado en el núcleo (materiales volátiles como agua congelada, dióxido de carbono, etc.) comenzó a convertirse en gas a medida que se acercaba al Sol.

Este material gaseoso, mezclado con el polvo de la superficie del cometa, formó una envoltura gaseosa que se convirtió en la cola observable en la foto.

Desde que se detectó por primera vez que ingresó al Sistema Solar durante el verano, los astrónomos han podido capturar imágenes de Borisov en dos ocasiones. La primera imagen (la del cometa blanco con líneas multicolores), fue la que confirmó que en realidad es un cometa y no un objeto estelar distinto.

La siguiente imagen (de tonalidad azul) fue capturada el 12 de octubre por un equipo de la Universidad de California. En ese momento, Borisov estaba a 418 millones de kilómetros de la Tierra. Las imágenes mostraron la progresión de la formación de su cola.

cometa borisov
Comparación del tamaño de la Tierra con la cola del cometa Borisov (Fuente: Observatorio Keck)

Borisov alcanzará el punto más cercano en su órbita al Sol el 8 de diciembre. Cuando se acerque más a la Tierra, a fines de diciembre, pasará a una distancia de más de 300 millones de kilómetros, que es un poco más de 2 unidades astronómicas (equivalente al doble de la distancia entre la Tierra y el Sol).

En ese momento, pasará más allá de la órbita de Marte, lo que significa que no representará una amenaza para la Tierra. Este cometa y su predecesor, Oumuamua, han creado conciencia sobre la presencia de objetos interestelares en nuestro sistema y la frecuencia con la que pasan.

En los próximos años, las agencias espaciales de todo el mundo esperan poder coordinar misiones para interceptar y estudiar una de ellas. La misión Comet Interceptor, por ejemplo, fue propuesta por la ESA y su lanzamiento está programado para 2028.

Fuente:

BBC Mundo