El Objetivo de Desarrollo Sostenible Nr. 11 de la Agenda 2030 propone: “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.

Pero la realidad de muchas ciudades de Argentina, al igual que de Latinoamérica, presentan condiciones que conspiran contra su realización. Un contexto de pobreza y desigualdad, junto a limitaciones en el acceso a salud, a la educación, a la inclusión digital.

El resultado es la proliferación de barrios marginales. La ONU los define como aquellas comunidades en las que más del 50 por ciento de la población no tiene acceso a viviendas adecuadas (incluidos el agua, saneamiento, estructura duradera, espacio suficiente y seguridad de tenencia). Como estas áreas están situadas en zonas de alto riesgo, a todo ello se agrega la falta de empleo, transporte, escuelas u hospitales asequibles.

No podemos perder de vista el aspecto ambiental. Por un lado, ya sabemos que los efectos del cambio climático afectan mayormente a las personas que viven en viviendas y áreas de vulnerabilidad. Por otro, la vivienda precaria no es sostenible. La autoconstrucción, la forma más común de gestión de la vivienda en los barrios populares sin ningún tipo de asesoramiento encarece y prolonga el proceso, lleva a un uso menos eficiente de los materiales y, por ejemplo, del agua. Además, la falta de materiales que favorezcan a la aislación térmica del hogar trae como consecuencia la utilización de tecnologías que consumen más energía.


A estos factores se suman las consecuencias de la urbanización creciente y acelerada (más del 90% de los habitantes de Argentina se concentran en ciudades) sobre una escasa planificación estratégica urbana. Si seguimos por este camino, las proyecciones actuales sitúan al déficit de viviendas cualitativo y cuantitativo global por encima de 2 mil millones de personas en el 2030.

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© Hábitat para la Humanidad Argentina.

Sin embargo, la perspectiva del derecho a la ciudad, que hoy cuenta con un amplio consenso, genera cada vez más conciencia sobre la necesidad de incluir, además de la vivienda, un acceso amplio a la salud, la educación y fuentes de trabajo como bienes urbanos.

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Viviendas y ciudades

La vivienda impulsa, cataliza y aporta a 13 de los 17 ODS. Estudios demuestran que una vivienda segura, adecuada y asequible conlleva beneficios para la salud, la educación y oportunidades económicas.

El proceso de mejoramiento de la vivienda en sí suele ser un escalón de salida de la pobreza para las familias. Estos cambios benefician a la comunidad en general, al reducir la desigualdad y construir resiliencia ante desastres económicos y naturales.

Todos estos impactos no solo impulsan los indicadores de los ODS, sino también otros marcos de sustentabilidad globales que utilizan esos indicadores para medir su progreso.

El enfoque en empoderamiento

Para Hábitat para la Humanidad Argentina, organización social presente en nuestro país desde el año 2002, el acceso a una vivienda segura y asequible, como derecho humano, se promueve fortaleciendo las capacidades de las propias personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

La vivienda brinda una motivación tan fuerte que genera en las personas la fuerza y los recursos internos para realizar los cambios y mejorar su calidad de vida y la de sus familias. Esto se traduce en el lema de la organización: “empoderamos con vivienda”.

Para Hábitat para la Humanidad Argentina el aporte a la sostenibilidad está dado a través de la capacitación, formación en temas específicos y el acompañamiento. Este enfoque busca la instalación de capacidades a nivel individual, de grupo familiar así como colectivo. De esta forma, el cambio es permanente y se da a través del acceso a oportunidades de conocimiento, administración de recursos y toma de decisiones para la vivienda que trasciende a otras áreas de la vida.

La organización busca, además, el involucramiento de otros actores que forman parte del sistema de vivienda tanto para el financiamiento como para la sensibilización y movilización por la causa.

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© Hábitat para la Humanidad Argentina.

Involucrarse para lograr ciudades sostenibles

Adherimos a la definición de ciudades sostenibles como aquellas que logran la plena realización de los derechos de sus habitantes, incluyendo el acceso a la vivienda, el acceso al agua potable y saneamiento, la seguridad alimentaria, la salud, la educación, la infraestructura resiliente, la movilidad y el derecho al ambiente sano, para el desarrollo humano armonioso y respetuoso con la naturaleza que habita e integra.

Por poner sólo un ejemplo, considerando el acceso justo a la vivienda, aún se requiere mucho trabajo de incidencia en todos los sectores. ¿Cuánto más eficiente podría ser el uso de los recursos que emplean las personas que autoconstruyen sus casas en términos de tiempo, dinero y ambientales si existiera una coordinación de esfuerzos por parte de los fabricantes y proveedores de materiales para facilitar el buen empleo, la capacitación y de esta forma mejorar directamente la calidad de las viviendas?

En términos de agenda pública es imprescindible insistir con la instalación de temas que influyen en la sostenibilidad de las ciudades y que son tan variados como la reducción de contaminación y de residuos, la inclusión digital, la generación de espacios verdes y el acceso a la vivienda asequible para todas las personas. La vivienda es un prerrequisito para las ciudades inclusivas, equitativas, seguras, resilientes y sustentables.

Citando el ODS Nr. 17, alianzas para lograr objetivos, las mismas amplían el acceso a productos y servicios fundamentales y son vitales para un impacto de calidad a escala. En conclusión, las ciudades sostenibles se construyen desde la política pública pero también desde la conciencia de los aportes individuales y de cada actor para el pleno desarrollo de todos los ciudadanos.

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© Hábitat para la Humanidad Argentina.

La vivienda impulsa directamente cinco ODS

  • Objetivo 1, fin de la pobreza: tenencia segura.
  • Objetivo 5, igualdad de género: a través del acceso a la tenencia, agua, saneamiento, espacio suficiente y energía.
  • Objetivo 6, agua limpia y saneamiento.
  • Objetivo 7, energía asequible y no contaminante
  • Objetivo 11, ciudades y comunidades sostenibles: la primera meta específica del ODS 11 aborda la vivienda: 11.1: garantizar el acceso de todas las personas a viviendas adecuadas, seguras y asequibles, así como a los servicios básicos.

También contribuye a resultados de salud, bienestar y educación en otros ocho objetivos.

  • Objetivo 3, salud y bienestar
  • Objetivo 8: trabajo decente y crecimiento económico
  • Objetivo 9: industria, innovación e infraestructura
  • Objetivo 10: reducción de las desigualdades
  • Objetivo 12: producción y consumo responsables
  • Objetivo 13: acción por el clima
  • Objetivo 16: paz, justicia e instituciones sólidas
  • Objetivo 17: alianzas para lograr los objetivos

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