Se dice que las personas somos animales de costumbre, y la realidad nos lo demuestra en más de una ocasión. Podemos adaptarnos a cualquier cosa, incluso a lo que nos hace daño. Así, nos acostumbramos a repetir situaciones, relaciones, patrones de comportamiento que solo nos estancan. Claro que no lo hacemos de manera consciente, pues si hay algo que caracteriza a la costumbre es precisamente eso: que dejemos de pensar en el porqué.

Sentir y pensar en piloto automático puede tener un costo muy elevado para nosotros, y a medida que el tiempo pasa, nos puede llevar al borde del colapso. No es casual que aparezcan ataques de pánico, llanto, decisiones abruptas o impulsivas, enojo, entre otras reacciones que no son más que una respuesta a esa incomodidad que se siente por dentro pero se acalla.

No es necesario llegar a este punto para poder tomar una decisión o para hacer un cambio. En primer lugar, es fundamental el registro, es decir, no pasar por alto lo que sentimos. ¿Hay algo que nos genera incomodidad? ¿Que nos da deseos de alejarnos? ¿Nos duele el estómago? ¿Nos da ganas de llorar o de gritar? Pues ahí hay una señal de alerta que se enciende.

Si hay algo que te hace sentir así, es posible que solo necesites tomarte un respiro, oxigenarte. El aire tiene la capacidad de ayudarnos a volver a nuestro eje, despejar la mente, descargar emociones, liberar toxinas y llenarnos de energía nueva.

Estas son algunas señales que pueden advertirte de la necesidad de tomarte un respiro en tu pareja, en tu trabajo o en tu vida personal.

[También te puede interesar: El estrés es peligroso y así te afecta según tu signo zodiacal]

mal humor estres mujer tapping

En tu pareja

- Te sientes asfixiado.

- Te sientes molesto y no entiendes bien por qué.

- No sientes deseos de acercarte físicamente al otro.

- Discutes a menudo.

- Te irritan detalles insignificantes.

- No te sientes tranquilo cuando el otro está cerca tuyo.

- Te sientes angustiado y no entiendes bien por qué.

[También te puede interesar: Esto es lo que sucede cuando te sientes solo aunque estés en pareja]

En el trabajo

- Te sientes saturado.

- Odias tener que ir a trabajar.

- No hablas con tus compañeros.

- Te desmotivan tus tareas.

- Contienes todo el tiempo tus ganas de decir lo que sientes o piensas.

- Te irritan situaciones que se repiten una y otra vez.

- Te dan deseos de levantarte y renunciar, muy a menudo.

- Quieres gritarle a tu jefe.

En tu vida personal

- No sabes bien lo que quieres.

- No te sientes motivado.

- No tienes en claro hacia dónde ir.

- Te alimentas mal o tienes malos hábitos de salud.

- Te enfermas a menudo.

- Lloras muy seguido sin entender bien por qué.

- No estás seguro de estar haciendo lo que te hace bien en alguna faceta de tu vida.

Una mujer meditando en la naturaleza

Si sientes que necesitas un respiro, en cualquier área de tu vida, ¡tómatelo! Hazlo de la manera que puedas: si puedes viajar, hazlo; si puedes tomar clases de yoga, hazlo; si te gusta bailar, hazlo; si quieres empezar tu proyecto, materialízalo.

El aire es vital y te ayudará a encontrar la claridad. No dejes que la situación se extienda tanto que termines explotando. A veces, saber dar un paso al costado es una buena manera de tomar un camino alternativo para volver a tu eje.