En la actualidad, se pueden encontrar muchos y diversos estilos de yoga. Si bien la esencia de los diferentes métodos es la misma (unir el cuerpo, la mente y el espíritu), el camino hacia esa integración puede ser distinto en cada persona y en cada etapa de la vida.

¡Las posibilidades son un regalo! Si te encuentras en un momento en el que necesitas un ritmo más lento y profundo, el yin yoga es una maravillosa opción.

Se trata de un método basado en la filosofía Taoísta, de origen chino, cuyo objetivo es regular el chi, el propio flujo de energía también conocido como prana en sánscrito, la lengua sagrada de la India. Este método se basa tanto en el mapa de meridianos de la medicina tradicional china como en la energía de los chakras, los centros energéticos del cuerpo.

UNA PRÁCTICA profunda y restaurativa

En estos tiempos, en los que la tendencia de cualquier actividad está orientada a los resultados, la exigencia y la rapidez, el yin yoga propone un ritmo mucho más lento. Es una práctica pasiva, de quietud y permanencia, en la que cada postura se sostiene entre tres y veinte minutos.

mujer practica yoga

La permanencia en cada postura permite que cada práctica sea un momento de meditación e introspección. El foco se encuentra puesto en que el practicante mire hacia dentro y entre en contacto con las aguas de su cuerpo, sus emociones.

Jenny Resnik, maestra de yin yoga, explica que esta práctica trabaja sobre los tejidos yin del cuerpo, que son los conectivos y profundos, como los tendones y ligamentos, los huesos y fascias. En esto se diferencia de otros tipos de prácticas que se especializan en trabajar sobre los tejidos yang del cuerpo: los músculos y tejidos elásticos.

BENEFICIOS DEL YIN YOGA

Este método de yoga es una maravillosa herramienta para mantener la flexibilidad y la salud en el cuerpo físico, que se refleja en beneficios más sutiles y energéticos. Además, equilibra el sistema nervioso autónomo del cuerpo, fortalece e hidrata las articulaciones y restablece el flujo de energía vital en los órganos internos. También reduce el estrés y la ansiedad, por lo que también alivia el bruxismo.

Resnik agrega que, si bien a simple vista este estilo puede parecer muy suave y pasivo, en verdad puede ser bastante desafiante: estimula a quien lo practica a trabajar la entrega y la intimidad con su yo más profundo, con sus sentimientos, sensaciones y emociones.

El yin yoga es una medicina ideal para el mundo occidental, ya que genera una profunda relajación y la posibilidad de observar la mente al sostener largas posturas.

¿Te animarías a experimentar esta práctica?