La misteriosa “flor fantasma” podría aliviar la ansiedad: Internet se convirtió en una herramienta de redescubrimiento y muchas especies y remedios tradicionales que habían quedado en el olvido vuelven a circular gracias a redes sociales y foros.
Entre ellos, reaparece una planta tan enigmática como delicada: la flor fantasma (Monotropa uniflora), una especie pálida y translúcida que crece en bosques húmedos y sombríos, sin necesidad de luz solar.
¿Por qué se llama “flor fantasma”?
Su apariencia casi blanca y cerosa le da un aspecto etéreo, como si brillara entre la tierra oscura. Pero su rareza no termina ahí: no realiza fotosíntesis. A diferencia de la mayoría de las plantas, la flor fantasma toma su energía a través de hongos del suelo, que a su vez obtienen nutrientes de las raíces de los árboles. Este sistema se conoce como micoheterotrofía.
Una planta medicinal con historia ancestral
Durante siglos, comunidades indígenas de América del Norte, como los Cherokee y los Cree, utilizaron esta planta para aliviar el dolor, calmar la ansiedad y reducir convulsiones. También fue mencionada por médicos eclécticos del siglo XIX como sedante suave y antiespasmódica.
Sin embargo, con el avance de la farmacología moderna, la flor fantasma quedó relegada y casi desapareció de la medicina popular, hasta ahora.

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Su regreso: de la botánica ancestral a la tendencia viral
El nuevo interés por la flor fantasma no surgió desde la ciencia, sino desde las redes sociales. Videos cortos, blogs de herbología y comunidades online comenzaron a compartir imágenes y testimonios sobre su uso como nervino, es decir, una sustancia natural que podría ayudar a calmar el sistema nervioso.
Tinción: la forma moderna de consumo
Hoy, la flor fantasma suele utilizarse principalmente en tinturas, extractos líquidos elaborados con alcohol. El 80% de los usuarios la emplea para aliviar dolor. Otros la utilizan para mejorar el sueño o reducir la ansiedad. Los efectos reportados son suaves y calmantes, aunque la evidencia científica aún es limitada.
No existen aún estudios clínicos que confirmen sus principios activos, y los especialistas piden cautela.
Una especie que no puede cultivarse: riesgo ecológico
La flor fantasma crece solo en bosques sanos, húmedos y con suelos ricos en hongos. Debido a su compleja relación con los árboles, no puede cultivarse ni trasladarse a macetas.
Esto significa que cada ejemplar recolectado proviene directamente de la naturaleza.
Aunque no se considera una especie en peligro, su población es vulnerable:
- Desaparece cuando el suelo se seca.
- No sobrevive en bosques degradados.
- La recolección excesiva podría afectar su permanencia.
- Muchos recolectores éticos ya recomiendan no extraer raíces y tomar solo una mínima parte, para permitir que el parche siga creciendo.
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