Minería ilegal pone en jaque ecosistemas amazónicos: ocultas en lo profundo de la selva peruana, las turberas —humedales tropicales de gran valor ecológico— están en peligro. Su rol es clave: actúan como sumideros naturales de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. Pero un nuevo estudio advierte que su integridad está amenazada por la expansión descontrolada de la minería ilegal de oro.
En la región de Madre de Dios, al sureste del país, los investigadores descubrieron que esta actividad destructiva ha arrasado más superficie de turberas en apenas dos años que en las tres décadas anteriores. Esto representa una amenaza directa no solo para estos ecosistemas únicos, sino también para la estabilidad climática global.
“Estamos viendo una rápida colonización de zonas frágiles donde debería haber protección y control ambiental”, explicó John Ethan Householder, coautor del estudio publicado en Environmental Research Letters. “Si no se toman medidas urgentes, el daño podría ser irreversible”.
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estudios realizados
El análisis se basó en imágenes satelitales de la NASA tomadas durante 35 años, revelando que más de 550 hectáreas de estos humedales han sido degradadas. Según las estimaciones, al menos 63 de las 219 áreas identificadas como turberas ya fueron alteradas por la minería, lo que podría liberar hasta 14,5 millones de toneladas de carbono a la atmósfera —una cifra comparable a las emisiones anuales de millones de autos.
El estudio califica este fenómeno como una "amenaza existencial" para las turberas amazónicas, ecosistemas que no fueron oficialmente reconocidos en Perú hasta la última década. De hecho, su descubrimiento en Madre de Dios en torno a 2012 desafió las suposiciones científicas, ya que se pensaba que las condiciones amazónicas no permitían la formación de turba como en otras regiones tropicales del planeta, como Indonesia.
Las turberas amazónicas, a diferencia de otros tipos de bosque, almacenan hasta siete veces más carbono por hectárea. Su destrucción no solo libera este carbono a la atmósfera, sino que también arrasa con hábitats biodiversos y pone en peligro a comunidades indígenas y a defensores ambientales que luchan por su conservación.
espacios afectados en alerta
A pesar de operativos realizados durante la pandemia para frenar la minería ilegal, las zonas afectadas siguen creciendo. Las imágenes actuales muestran cómo las actividades mineras se están desplazando desde los márgenes de los ríos hacia el interior de la selva, alcanzando territorios que antes parecían inaccesibles.
“Hasta ahora, la distancia era una barrera natural para proteger las turberas. Pero esa frontera se está desdibujando”, advierte Householder.
Si la tendencia continúa, los expertos temen que en apenas unos años una cuarta parte de la actividad minera en Madre de Dios ocurra directamente sobre turberas. Y con ello, podría esfumarse una de las mayores reservas naturales de carbono de América Latina.