Considerados sabios en algunas culturas y muy tiernos en otras, los elefantes son los mamíferos terrestres más grandes y pesados de la tierra.

Hasta el día de hoy, es posible encontrar dos especies diferentes: el elefante africano y el elefante asiático, cada una de ellas con distintas subespecies.

Gracias a un cerebro que pesa entre 4kg y 5kg, son muy inteligentes y súper memoriosos debido a que pueden guardar vasta información. Viven en grupo y se caracterizan por darle mucha importancia a los duelos. Tal es así que mientras que uno del grupo está agonizando, el resto se coloca alrededor para acompañarlo durante el tránsito hacia la muerte.

Sin embargo, más allá de estos aspectos que los hacen tan especiales, muchos elefantes tienen que enfrentarse a una difícil realidad. Desde Protección Animal Mundial, te contamos cómo sufren cuando decides montarlos para dar un paseo:

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No a la domesticación

La domesticación es un proceso de selección genética que lleva a una especie a depender de los seres humanos y vivir con nosotros, como es el caso de los perros, los cerdos o las ovejas. Con los elefantes esto no ocurre debido a que ellos son esencialmente animales silvestres, por lo que deben permanecer en su hábitat natural junto a su grupo de pertenencia, sin ser separados de éste.

Espíritu viajero

Además de ser uno de los animales más inteligentes del mundo, como comentábamos más arriba, los elefantes se caracterizan por tener un fuerte deseo de viajar y explorar. Cuando uno es tomado por la industria del entrenamiento, su comportamiento natural se ve completamente interrumpido como consecuencia del encadenamiento que vive y de los espacios reducidos en los que se encuentra.
Esto le provoca un intenso estrés, trastornos psicológicos y comportamientos repetitivos anormales, como sucede con la mayoría de las especies cuando son forzadas a vivir de forma antinatural.

No se adaptan al entrenamiento

Su naturaleza silvestre y su fuerza física impiden que los elefantes sean fácilmente entrenados para destacarse en los shows de circo, ya sea haciendo trucos o soportando el peso de alguien que camine sobre su espalda. Sin embargo, y lamentablemente, el método más utilizado para intentar entrenarlos se conoce como "phajaan", el cual consiste en hacer que los elefantes pequeños (luego de haber sido separados de sus madres para fines comerciales), pasen hambre y sean torturados hasta "romper" sus instintos naturales o espíritu.

Fotografías: solo de lejos

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Si quieres tomarte una fotografía con un elefante, procura que sea de lejos, mientras él permanece en su espacio natural. Si asistes a una excursión en la cual intentan promocionarte una selfie con alguno de ellos o con cualquier otra especie, recuerda que ésta se sustenta beneficiándose de la crueldad. Su libertad no puede depender de que nosotros queramos llamar la atención en las redes sociales. No olvides que detrás de este tipo de fotografías, siempre habrá sufrimiento.

Adiós a los zoológicos

Incluso en los zoológicos donde los animales son cuidados y tratados bajo normas de bienestar, la esperanza de vida de los elefantes disminuye drásticamente. Para ser más precisos, justamente a la mitad. Claro que en las atracciones turísticas en las que se practica la crueldad, los años de vida son aún mucho menores, a lo que se suman los malos tratos, la soledad, el abandono, una dieta inadecuada y negligencia veterinaria.

Desde Protección Animal Mundial, te invitamos que pienses dos veces si quieres asistir a un zooólogico, pues si la gente deja visitarlos, cada vez tendremos menos sitios de este tipo.

El sufrimiento de las madres

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Los elefantes tienen fuertes lazos familiares, de modo que los cachorros suelen estar muy cerca de su grupo. Cuando un bebé es recogido por los traficantes para ser vendido a las atracciones turísticas, en un intento por protegerlos, mueren hasta 3 hembras.

Hacia la toma de consciencia

La mayoría de los turistas pagan cualquier tipo de excursión que les permita estar con un elefante justamente por su amor hacia los animales. Lo que ocurre es casi un 80% de las personas, suelen evaluar de forma positiva las atracciones con bajos niveles de bienestar de los animales, muchas veces sin saber que detrás de hermosas fachadas y divertidos trucos, se esconde el abuso y maltrato sin piedad alguna.

Ahora que ya lo sabes, ¡pasa el mensaje a tus allegados para que no elijan este tipo de entretenimiento! Si quieres aprender más sobre cómo ser un turista responsable, ingresa aquí. Los animales te lo agradecerán de por vida.