*Por: Viridiana Lázaro, especialista en agricultura y cambio climático en Greenpeace México.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha decidido convocar a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios en septiembre de 2021. Sin embargo antes de llegar allá se planteó una Precumbre que ocurrió del 26 al 28 de julio en Roma, básicamente, para preparar el escenario para el evento mundial culminante en septiembre.

Es verdad que se hace necesario proponer acciones para la “erradicación del hambre, la creación de sistemas alimentarios más saludables e inclusivos y la protección de la salud de nuestro planeta”, tal como lo marca la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así como modificar el sistema alimentario dominante que nos ha puesto en una situación vulnerable, ha incrementado la pobreza, la desigualdad y causado una gran devastación ambiental.

Dicha devastación ambiental se ve en la contaminación y erosión de los suelos por su explotación y uso de agroquímicos, así como en la deforestación de grandes cantidades de terreno, donde la gran mayoría de las veces había bosques o selvas que albergaban grandes cantidades de vida silvestre ahora se han convertido en grandes parcelas de monocultivos.

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Sin embargo, esta cumbre organizado por la ONU ha sido el blanco de críticas por parte de los pueblos, comunidades y organizaciones de la sociedad civil a nivel mundial debido a que es catalogada como reduccionista y limitada en cuanto a la concepción sobre los sistemas alimentarios, perdiendo la oportunidad de tener una transformación profunda, sistémica e integral que incluya la justicia social, económica, de género y climática. Además de que ha ignorado a las voces que participan en los sistemas alimentarios, así como de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, en especial las y los campesinos, las mujeres, niñas y niños.

Tal como se menciona en la Postura de organizaciones de la sociedad civil mexicana frente a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas, entre las preocupaciones más urgentes se encuentran que la Precumbre y la Cumbre sobre sistemas alimentarios ha sido un proceso con poca transparencia sin salvaguardas en contra del conflicto de interés y desprotege a los sistemas alimentarios contra la captura corporativa.

Esto surge debido a que la Cumbre es fruto de una asociación entre las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial (formado por las 1 000 empresas más importantes del mundo) y está desproporcionadamente influenciada por el sector agroalimentario industrial, además de carecer de mecanismos de transparencia y responsabilidad.

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Por tal motivo, diversas organizaciones de diferente índole, comunidades y pueblos de México se han unido para solicitar a la representación del gobierno mexicano retomar y exponer las siguientes demandas en la Precumbre y la Cumbre:

1- Que el eje rector de las propuestas sean los Derechos Humanos.

2- Que el Estado mexicano impulse y promueva programas y políticas públicas integrales en torno a los sistemas alimentarios.

3- Que la agroecología sea el principio central de los sistemas alimentarios en la Cumbre.

4- Que se desarrollen mecanismos para salvaguardar a los sistemas alimentarios del conflicto de interés y la captura corporativa.

5- Diseñar mecanismos e instrumentos con fuerza jurídica vinculante.

6- Que los sistemas alimentarios combatan la pobreza y la inequidad.

7- Que los comestibles ultraprocesados, las fórmulas infantiles y su publicidad sean regulados en todo el mundo.

8- Que se reconozca la relación directa entre los sistemas alimentarios, el cambio climático y la salud de las personas y del planeta.

9- Promover la educación para la sustentabilidad de los sistemas alimentarios.

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Además, a nivel mundial se ha llevado a cabo una Precumbre alternativa (paralela), al igual que se realizará una Cumbre alternativa, denominada Contra movilización global para desafiar el foro global de Naciones Unidas, y la cual tiene una etapa dedicada a América Latina. En esta movilización participa la sociedad civil y pueblos indígenas.

Dada la trascendencia de esta Cumbre, es necesario exigir que no se hagan simulaciones y que no se desvíe la atención de los verdaderos problemas a los que se enfrenta el planeta, así como la energía y presupuesto para atender las crisis climática y alimentaria actual.

Necesitamos una transformación radical de los sistemas alimentarios corporativos hacia un sistema alimentario justo, inclusivo y que sea verdaderamente sostenible.