Ambiente
30/06/2016
Ambiente
Una huerta es un proyecto excelente para construir en casa, y combinarla con un toque decorativo puede ser aun mejor.
Tener una huerta es un gran proyecto que tiene muchos beneficios para quien lo emprende. Puede proveerte de alimentos frescos y gratuitos, y además, estarás seguro del origen de lo que consumes. Si cada persona comenzara una pequeña huerta en su hogar, el mundo sería muy diferente.
No tener espacio no es una excusa: se pueden hacer huertos en maceta, huertas verticales, y todo tipo de adaptaciones para un pequeño patio o balcón.
También puede suceder que, cuando se cuenta con un espacio, pequeño o grande, surja la duda de si resulta más conveniente comenzar una huerta o hacer un jardín, con plantas ornamentales y flores, para tener un espacio bonito y de relajación.
En esos casos, hay una opción que merece ser tenida en cuenta: los jardines comestibles, espacios bonitos, prolijos y pensados con un sentido estético, ¡pero cuyas plantas se pueden comer!
1. Elige el lugar
El primer paso para hacer un jardín comestible es elegir el lugar. Pregúntate con qué espacio cuentas: ¿armarás el jardín en la tierra o en macetas? ¿Tienes un patio, un espacio abierto, o tan solo un balcón? Incluso puedes comenzar, si no tienes espacio, plantando algunas aromáticas en macetas para colocarlas en la ventana de la cocina.
Si tu espacio es una terraza, y el jardín comestible será un techo verde, deberás pensar si plantarás en el techo directamente, o en canteros o macetas.
Si el espacio es reducido, puedes considerar que el jardín sea vertical. También puedes pensar en formas ornamentales de ubicar las plantas sobre el suelo, por ejemplo, creando canteros-isla con formas divertidas.
2. Elige qué plantar
Una vez que sepas el tamaño y las condiciones que tendrá tu jardín (cuántas horas de sol recibe al día; si estará expuesto a las lluvias, si plantarás directamente en el terreno o en macetas), es hora de elegir las plantas. Si bien puedes hacer que cualquier planta quede bonita, aquí hay una lista de plantas comestibles que también son muy decorativas.
Lechuga: la lechuga es ideal para ser la primer planta que coloques en tu jardín comestible, ya que crece rápidamente, pero además, las plantas de lechuga pueden verse muy bien. Combinar lechuga verde y morada es una opción excelente.
Pimientos y chiles: los frutos del pimiento o del chile picante son muy bonitos y llamativos, y la planta puede podarse para mantenerla del tamaño que quieras. Es un bonito detalle para un jardín comestible pequeño; incluso puedes usar los chiles para embellecer una pequeña huerta de aromáticas en maceta.
Pepinos: al crecer como enredadera, el pepino es una planta muy fácil de manipular en un jardín. Puedes hacerla crecer sobre una estructura con la forma que desees.
Tomate: ¡los tomates también son una enredadera! Tienen la ventaja de poder hacerse crecer de muchas formas diferentes, por ejemplo, invertidos, colgando del techo.
Tomates Cherry: son otra gran opción, ya que dan frutos aun cuando la planta es muy pequeña, son decorativos, ¡y deliciosos!
Vegetales y hortalizas con flor: muchos de los vegetales que puedes tener en el huerto tienen flores muy bonitas que alegrarán tu jardín comestible justo antes del nacimiento del fruto. Algunos ejemplos son la calabaza, y los frutales como el naranjo y el limonero.
Flores comestibles: cualquier jardín necesita flores... ¡pero también las flores se pueden comer! Algunas de las flores comestibles son tan comunes que posiblemente las tengas ya en tu casa sin saber que puedes agregarlas a las comidas: rosas, pensamientos, violetas, caléndula... Aquí puedes encontrar una lista de flores comestibles que puedes tener en tu jardín. También podrás leer cómo incorporarlas en tus recetas. Se pueden agregar en las ensaladas, utilizar para decorar los postres, o preparar dulces con ellas.
3. ¡Comienza a plantar!
Tanto el jardín como la huerta son trabajos que llevan paciencia y dedicación, y el jardín comestible también lo es. Cuando hayas elegido las plantas, debes pensar si plantarás desde semillas o escogerás plantines, y entregarte a la bonita tarea de cultivar tus propios alimentos, con el agregado de mantenerlos, también, como plantas decorativas.
Aquí puedes encontrar algunos consejos para comenzar a hacerlo.
4. Cosecha y ponte a cocinar
Tener tu jardín comestible será muy gratificante: muy pronto, podrás comenzar a condimentar las comidas con hierbas frescas, tendrás siempre a mano tomate y lechuga para una fresca ensalada, y podrás conseguir también darle toques exóticos a tus platos con tus propias flores comestibles. Con el tiempo, comenzarás a saber qué plantar en cada época y tu jardín será cada vez más productivo.
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