En Suecia los cuervos usan basura como fuente de alimento: se trata de un fenómeno urbano observado en distintas ciudades, que está llamando la atención de científicos y ambientalistas.

Los cuervos aprendieron a usar residuos humanos como principal fuente de alimento, adaptándose de forma sorprendente a los entornos urbanos y a la abundancia de basura.

Cuervos urbanos: una adaptación inteligente

Los cuervos son considerados una de las aves más inteligentes del planeta. En Suecia, investigadores detectaron que estas aves identifican horarios, lugares y tipos de residuos con mayor valor nutricional, como restos de comida rápida, pan y desechos orgánicos provenientes de zonas urbanas.

La basura como nuevo ecosistema alimentario

En ciudades y suburbios, los cuervos aprovechan:

  • Contenedores de residuos mal cerrados
  • Restos de comida en la vía pública
  • Basura proveniente de áreas comerciales

Este comportamiento reduce su dependencia de presas naturales y modifica su rol dentro del ecosistema.

¿Por qué ocurre este fenómeno en Suecia?

Expertos señalan varios factores:

  1. Aumento de urbanización
  2. Cambios en los hábitos de consumo humano
  3. Menor disponibilidad de alimento natural en ciertas zonas
  4. Alta capacidad cognitiva de los cuervos

La combinación de estos elementos favoreció que las aves incorporen la basura como recurso estable.

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Impacto ambiental y desafíos

Si bien este comportamiento demuestra la notable inteligencia y capacidad de adaptación de los cuervos, también abre una serie de interrogantes ambientales que preocupan a la comunidad científica.

El consumo habitual de residuos humanos puede representar riesgos para la salud de las aves, debido a la presencia de plásticos, químicos y alimentos ultraprocesados. A su vez, esta nueva fuente de alimento altera las cadenas tróficas naturales, modificando hábitos de caza, reproducción y competencia entre especies.

Otro punto clave es la creciente dependencia de la fauna silvestre de los desechos urbanos, lo que reduce su autonomía ecológica y la vuelve más vulnerable a cambios abruptos en el entorno. En este contexto, el fenómeno también funciona como un llamado de atención sobre la deficiente gestión de residuos en las ciudades y su impacto directo en los ecosistemas, incluso en países con altos estándares ambientales como Suecia.