Desde que se anunciaron los primeros avances en relación a las vacunas contra el COVID-19, mucho se ha comentado sobre su eficacia. La OMS y FDA dieron su aprobación a más de un laboratorio para la distribución de los fármacos. Algunos cuentan con más efectividad demostrada que otros, pero también es cierto, que ninguno asegura el no contraer el virus.

Investigadores de Reino Unido y EEUU, han comprobado una relación muy cercana entre los hábitos alimenticios y el efecto de la vacuna contra el virus. Si bien, la inmunización de momento solo ofrece disminuir abismalmente el riesgo de complicaciones y/o muerte. Existe una manera de acentuar este efecto y se relaciona con la dieta y el estado de salud de la persona.

Salud del paciente

Los científicos aseguran que las personas con un mayor peso corporal, son más propensas a desarrollar diabetes, colesterol, hipertensión y otras enfermedades relacionadas. Es aquí, cuando tener una dieta balanceada y un estilo de vida saludable se vuelve relevante para evitar complicaciones asociadas al SARS-CoV-2.

Silvio Schraier, nutricionista de la fundación Barceló, en Argentina, comenta que los pacientes con enfermedades subyacentes como obesidad y niveles de colesterol altos; son por mucho, más suceptibles a desarrollar COVID grave. También insistió en el poder de una buena alimentación para que se produzca la correcta inmunidad.

obesidad

La experta en medicina de la Universidad Rutgers, Saray Stancic, aportó que más del 60 % de las hospitalizaciones en noviembre de 2020 por COVID, correspondían a personas con obesidad, diabetes o insuficiencia cardíaca. Por lo que señala a la salud cardiometabólica del paciente como la responsable de superar con éxito el virus.

Alimentos para una dieta sana

El doctor Schraier mencionó una lista de nutrientes que ayudan a mejorar la salud y fortalecer el metabolismo. Entre ellos, el hierro y el Omega 3, los cuales se pueden encontrar en proteínas como las carnes rojas, y pescados como las sardinas, el salmón o el atún. Mientras, que alimentos de origen vegetal como el aceite de soja, de canola y la chía, podrían aportar EPA y DHA al organismo.

Otro nutriente necesario para una dieta saludable, lo es la vitamina C. Por lo que incorporar frutillas, nabo, cítricos, perejil, kiwi, brócoli y demás legumbres en la dieta, ayudará a los niveles de esta vitamina. Mientras, que consumir avellanas, espinaca, semillas de girasol, maníes y hortalizas verdes, aportaría al cuerpo vitamina E.

No todo debe ser frutas y verduras, la proteína animal también hace excelentes aportes al organismo. Como la carne de res, cordero y el cerdo, que brindan zinc. Por otro lado, alimentos como los mariscos, el pescado, los huevos, pollo, hígado y demás carnes rojas, son una buena fuente de selenio.

Además de una alimentación balanceada, también es necesario un estilo de vida saludable y activo. Los expertos sugieren dormir bien, tomar abundante agua y por lo menos 30 minutos de actividad física al día.

¿Habías considerado todos los beneficios de una dieta saludable?