Cuando dices que alguien es tu “media naranja” suena muy romántico. Pero, en algún punto, estás diciendo que esa persona te completa; es decir, que la necesitas a tu lado para que no te falte una parte. Eso es el germen de la dependencia emocional.

Amar implica acompañarse, pero siempre entendiendo que cada persona está completa antes de conocer a su pareja. En cualquier caso, puede ser que se complementen: es decir, que sumando las cualidades de uno y otro, formen un buen equipo.

En cambio, hay personas que sienten que dependen de su pareja para vivir. Justamente, al sentir que el otro los completa, temen que les falte una parte si algún día pierden su pareja. Así, se generan vínculos de dependencia emocional poco sanos.

El problema es que es muy difícil no confundir la dependencia con el amor real. Por eso, puedes estar en una relación de dependencia emocional sin haberte dado cuenta.

Si quieres asegurarte de no estar en una relación dependiente, estas preguntas pueden servirte de guía.

¿Haces a tu pareja responsable de tu bienestar?

Tu bienestar depende de ti mismo. Claro que tu pareja puede sumar o restar a que te sientas bien, pero no puede cargar con toda la responsabilidad.

Si te encuentras depositando en los hombros de tu pareja todo el peso de tu propia felicidad, posiblemente estás en una relación con dependencia emocional.

¿Tienes una visión real de tu pareja?

La persona que decides que te acompañe en el camino de la vida tendrá, sea quien sea, virtudes y defectos. Si tienes una relación de amor real, sabrás aceptar las partes malas del otro, y asumirlas como parte de lo que el otro es.

En cambio, si niegas constantemente los defectos del otro y los minimizas, eso no hace a tu amor más real. Al contrario, puede ser un signo de dependencia, pues necesitas tanto mantener la relación que no quieres ver las cosas como son.

¿Prefieres pasarla mal que estar solo?

Esta es una de las claves de la dependencia emocional. Si te angustia la posibilidad de quedarte sin pareja, al nivel de que jamás romperías una relación por más dañina que esta sea, sin duda tienes una relación de dependencia emocional.

¿Tienes a menudo miedo al pensar que tu pareja puede dejarte?

A nadie le gusta que alguien a quien ama lo abandone. Por eso, es normal que si piensas en una ruptura te pongas triste. Pero si por cualquier discusión o problema de pareja entras en pánico porque crees que pueden abandonarte, seguramente tienes algún tipo de relación dependiente.

Estas son algunas de las claves para distinguir la dependencia emocional del amor real. Pero la gran pregunta clave es:

¿Amas o necesitas?

Si sientes la necesidad de tener a esa persona al lado para ser feliz, y crees que no hay otro modo de serlo, no cabe duda de que estás montando tus relaciones alrededor de la dependencia.

Debes comprender que tu felicidad está en tus manos y en las de nadie más. Una vez que entiendas eso, podrás tener relaciones mucho más felices.

Fuente:

La vida Lúcida