¿Sabías que actualmente el 1 % más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99 % restante? La desigualdad está aumentando en todo el mundo. Año tras año, la brecha entre personas ricas y pobres se incrementa cada vez más. En América Central, por ejemplo, hay casi 6 millones de personas subnutridas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus silgas en inglés).

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En cinco de los seis países de la región, más del 19% de los menores de 5 años sufre desnutrición crónica. Pero no olvidemos un detalle: nos encontramos en un continente que es un gran productor de alimentos, las exportaciones centrales son de alimentos. ¿Cómo puede funcionar la economía de este modo, haciendo que el 19% no pueda alimentarse?

Por ejemplo, en Guatemala el 51 % de los niños están desnutridos. Tales cifras de desnutrición no son extrañas en una región con altos niveles de pobreza. En Centroamérica el 50% de la población se encuentra en situación de pobreza, porcentaje que supera largamente el promedio de 33% de América Latina y el Caribe.

desigualdad

De más está decir que cuando hablamos de desigualdad también existe -y muy marcada- la desigualdad de género, salarios bajos, ausencia de empleos dignos, trabajo de cuidado y domestico no remunerado, entre otros. A pesar de algunos importantes avances a lo largo de los últimos años, no hay ningún país en el mundo en el que haya igualdad económica entre hombres y mujeres, y son ellas las que siguen teniendo más probabilidades de vivir en la pobreza.

¿Sabias que si aumentara la igualdad económica de las mujeres se reduciría el índice de pobreza en toda la población?

Ahora bien: entendiendo este problema que crece día a día, ¿es necesario reducir la desigualdad para un futuro sostenible? Sí, claro que lo es. Pero, ¿qué herramientas tenemos?

La creciente brecha y desequilibrio de poder entre la población más rica y el resto está corrompiendo las normas y políticas que nos afectan como sociedad. Los esfuerzos mundiales para eliminar la pobreza y la marginación, promover los derechos de las mujeres, defender el medio ambiente, proteger los derechos humanos y propugnar empleos justos y dignos se ven socavados como consecuencia de la concentración de la riqueza y el poder en manos de unos pocos.

Entonces: ¿cómo generamos un futuro sostenible? Se genera con una sociedad con más inclusión, al servicio de la humanidad. No solo es fundamental, sino también alcanzable, una sociedad con mas educación, una sociedad que entienda y trabaje sobre la justicia climática, la justicia social, que se garanticen los derechos de quienes más sufren sus efectos; una sociedad que mire para los costados, que aprenda a ver al otro que aprenda a dar a enseñar a cuidar una sociedad más igualitaria.