Emprendemos una vibrante aventura en una de las ciudades más de moda del escaparate europeo. Y por sobradas razones. Su privilegiada ubicación e innumerables reclamos turísticos la convierten en el punto de mira de constantes elogios, los cuales contribuyen a que su leyenda no pare de crecer. Hablamos de la maravillosa Dubrovnik.

El casco antiguo de la ciudad, conocido como Stari Grad, está protegido por solemnes murallas medievales del siglo XIII. La obligada caminata de unos 2 kilómetros alrededor de su perímetro es un ejercicio ideal para dejar volar tu imaginación y contemplar las increíbles vistas.

Los incondicionales de ‘Juego de Tronos’ van a tener la fortuna de poder disfrutar de algunos de sus escenarios más conocidos en la ciudad de ‘Desembarco del Rey’. Te sorprenderá la fortificación defensiva de Lovrijenac, a 37 metros sobre el nivel del mar, que representa a la ‘Fortaleza Roja’ en la famosa serie.

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Dubrovnik

Placa o Stradun es la columna vertebral de Stari Grad y en sus inmediaciones se concentran los principales atractivos turísticos. Sus calles empedradas nos invitan a pasear tranquilamente y descubrir las huellas de su agitada historia, la cual incluye al pueblo bizantino y veneciano.

En su extremo oeste se encuentra la Puerta de Pile, donde quedaremos deslumbrados con la Gran Fuente de Onofrio. Se trata de una enorme fontana circular con 16 chorros de agua que data del año 1438. Muy cerca encontrarás la Iglesia y Monasterio Franciscano, que aloja la tercera farmacia más antigua del mundo entre todas aquellas que aún sirven al público, abierta desde 1317.

Caminando hasta su extremo este llegaremos a la Plaza de Luza, donde se encuentran la Torre del Reloj y la Columna de Orlando, símbolo nacional. Allí llamará nuestra atención la Estatua e Iglesia barroca de San Blas, patrón de la urbe. En este templo veneciano de 1715 brilla con luz propia el Altar Mayor, construido a base de mármol. A escasos metros se ubica el Palacio de Sponza o Divona, en el cual destacan los detalles renacentistas y góticos del siglo XVI, el pórtico de 6 columnas y el patio interior. Su nombre deriva de la palabra ‘spongia’, ya que era el lugar donde se almacenaba el agua potable, aunque posteriormente pasó a ser una casa de aduanas y un banco.

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Stradun
Vista de la calle Stradun en el viejo Dubrovnik, Croacia.

Si continuamos ligeramente en dirección norte llegaremos al segundo monasterio más relevante de la ciudad, el Dominico, de 1268. En cambio, si hubiéramos tomado dirección sur nos habríamos topado con el Palacio del Rector, cuyos cuantiosos retoques a lo largo de los siglos hacen que presente rasgos de estilos góticos, renacentistas y barrocos. Avanzando un poco más observaremos la Catedral de la Asunción de la Virgen María, levantada en sustitución de un templo románico destruido en el notorio terremoto de 1667. En la misma prevalecen una magnífica cúpula, sus altares y su renombrado tesoro, las reliquias de San Blas.

Un apasionado de la historia debería reservar un hueco en su agenda para la exposición ‘War Photo Limited’. En la misma se trata de explicar de manera gráfica la espinosa y cruda guerra de los Balcanes a través de instantáneas de gran calidad.

Una vez cubierto el centro neurálgico de Dubrovnik, el cual es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1979, merece la pena perderse por varios parajes cercanos de gran belleza. Una de las vistas panorámicas más impresionantes de la región está en el mirador del Monte Srd. Si dispones de aproximadamente 1 hora y un espíritu enérgico puedes acceder a pie, aunque también puedes llegar en teleférico o en coche. En lo alto existe un fuerte militar construido por las tropas napoleónicas en el siglo XIX, el cual aloja el Museo de la Guerra de la Independencia a día de hoy.

Lokrum
Isla de Lokrum

Una opción estupenda es la visita a la diminuta y exuberante Isla de Lokrum, que encarna a Quarth en Juego de Tronos. Esta joya de la Costa Dálmata está dominada por la naturaleza, por el verde de la vegetación y el azul del mar, estando vestida por abundantes pinos, cipreses, olivos, palmeras, playas rocosas y un lago de agua salada.

Y como reza una expresión escrita en la entrada del Fuerte de Lovrjenac:

“No Bene Pro Toto Venditur Auro Libertas”

“La libertad no se vende por todos los tesoros del mundo”