Existe una isla en el Mar Mediterráneo cuyas arenas blancas y aguas turquesas nos regalan unos litorales absolutamente extraordinarios, de esos que solo admiramos en postales. Tras un breve trayecto en barco desde la grandiosa Ibiza desembarcamos en el puerto de La Savina y accedemos a este paraíso terrenal. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, hoy os presentamos nuestra selección de las maravillosas playas de Formentera.

Ses Illetes

Comenzamos con la que para muchos es la joya de la corona y, pese a que sobre gustos no hay nada escrito, tiene bien merecido este reconocimiento popular. Todos los rankings de las mejores playas españolas y mundiales sitúan a Ses Illetes como una auténtica referencia, sin nada que envidiar a destinos caribeños o islas remotas. Su entorno compuesto por dunas, vegetación insular, arena fina y blanca y aguas cristalinas poco profundas parece diseñar un ambiente perfecto del cual no querrás escapar jamás.

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@ttirelesstraveller

Playa de Llevant

Este remanso de calma es un lugar idílico para aquellos que buscan aguas transparentes, arenilla blanca y algo más de serenidad que la que ofrece su vecina Ses Illetes, ya que se encuentra en el lado opuesto de la península. Eso sí, cuando el viento de levante sopla fuerte, las olas pueden ser enormes y es importante ser precavido.

Es Trucadors

Desde una vista aérea, Es Trucadors sería como una lengua de tierra orientada hacia Ibiza que va adelgazando poco a poco hasta desaparecer. Es la estrechez que separa a Ses Illetes (al oeste) y Playa de Llevant (al este) por escasos 50 metros. Es uno de los mejores sitios para practicar el nudismo, ya que su forma es alargada y no será difícil encontrar un rincón donde puedas estar relativamente aislado de otros bañistas.

Consejo: las tres playas anteriores están inmersas en un Área Natural protegida y por ello el acceso en vehículo de motor tiene un coste de 4€ para motos y 6€ para coches. En cambio, el acceso a pie o en bicicleta es gratuito.

Playa de S’Alga

En la pequeña y deshabitada isla de Espalmador, ubicada a menos de 200 metros al norte de Punta Alta, podemos gozar de este oasis de tranquilidad. Desde Illetes hay viajeros que llegan nadando o incluso caminando si la marea está suficientemente baja, aunque por seguridad el único medio que recomendamos para realizar el trayecto sería una barquita. Este islote privado pero abierto al público ofrece un emplazamiento virgen apostado en medio de un paraje protegido en el cual nos mezclamos con lo salvaje.

Playa de Es Puyols

Este arenal urbano en forma de concha de alrededor de 1 kilómetro de largo y unos 20 metros de ancho es un reclamo estupendo para pasar un magnífico día en familia. Sus aguas cristalinas de poca profundidad, su arena blanca y su comodidad nos dotan con todo lo que uno puede necesitar. Suele tener un ambiente bastante animado, especialmente por la tarde-noche, cuando es ocupado por un mercadillo hippie en el cual podrás encontrar artesanía local y conseguir un buen recuerdo o regalo.

Caló des Morts

Sin duda, es un enclave que no deberías pasar por alto en la visita. Es una diminuta cala de tan solo unos 80 metros de largo y 20 metros de ancho que está flanqueada por bajos acantilados rocosos y goza de arena fina y aguas de color azul verdoso. Es un rincón que te hará sentir como un auténtico privilegiado. Las gafas de snorkel para disfrutar del entorno submarino y una nevera con suministros no deben faltar si vas a pasar el día, pues no encontrarás chiringuitos cercanos. Además, es uno de los mejores puntos de la pequeña de Formentera en los que disfrutar de la puesta de sol.

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Cala Saona

A través de una red de caminos de tierra que cruzan un bosque de pinares hallamos esta cala de unos 150 metros de largo. Localizada al oeste de Formentera, es tremendamente popular debido a los tradicionales embarcaderos de madera, la llamativa gama de colores de sus aguas y el bellísimo atardecer gracias a su ideal orientación.

La excelencia y calidad de la costa formenterana se debe en gran parte a la posidonia marina, una planta oceánica de características muy particulares. Su presencia es reflejo y prueba de la limpieza de las aguas, pues solo se desarrolla en hábitats no contaminados, además de formar una barrera natural que protege la costa y detiene su erosión. Tal es su importancia que la Unesco la ha declarado Patrimonio de la Humanidad.

La realidad es que todas las playas de la hermana chica de las Baleares son espectaculares y, como si uno disfrutara de la cocina de su madre, ninguna de ellas te va a decepcionar sino todo lo contrario. Delicadas y suaves pinceladas y sobretodo los gustos personales serán los jueces que decidirán cual es la mejor para uno mismo, si bien estamos convencidos de que cualquiera de nuestras sugerencias os transportarán a un entorno ideal donde reinará el descanso y el bienestar.

“El sol es un gran maestro de la vida. Cuando se pone trae la paz. Cuando renace regala esperanza”