Cada año, casi el 30% de los alimentos que producimos se desperdician: el equivalente a 1.300 millones de toneladas. Así lo indican en Wasted!, un documental producido por Anthony Bourdain que ayuda a dimensionar lo preocupante que es la situación alimentaria.

Además, América Latina produce el 20% del desperdicio de comida del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

En este contexto, te proponemos resignificar el antiguo dicho: “la comida no se tira”. La conciencia por el cuidado del ambiente y una dieta más saludable y completa, nos está llevando por este camino; el de aprovechar el alimento completo.

Se puede comer absolutamente todo de la mayoría de las verduras que consumimos: el tallo del brócoli, las hojas de la remolacha (betabel) y las semillas del zapallo. Además, muchas veces descartamos alimentos solo por su apariencia. Si un plátano está un poco machucado, ya no nos dan ganas de comerlo. Pero eso no significa que no pueda consumirse o que haya perdido sus propiedades nutricionales.

Muchos reconocidos chefs, como la argentina Narda Lepes o el inglés Jamie Oliver, están reivindicando este tipo de alimentos, promoviendo el consumo de frutas y verduras que, de no ser consumidos, terminarían en la basura sin necesidad.

Aquí van algunas recetas para que tú también te sumes a esta tendencia.

Pencas de acelga

Lavar muy bien y retirar las partes no comestibles (“ranuras” o partes dañadas donde se deposita tierra) de 500 gramos de pencas, equivalente a un paquete de acelga.

Pasarlas por dos huevos batidos con hierbas, ajo en polvo, sal y pimienta. Luego, rebozar en 200 gramos de pan rallado, o avena extra fina -o salvado de avena- procesada con copos de maíz y semillas.

Colocarlas en una placa aceitada y llevar al horno a 180°, durante 15 a 20 minutos.

Tip: se pueden gratinar con queso o hacer un dip de queso untable con verdeo y oliva. También quedan muy bien acompañadas con crema de zanahoria o remolacha.

Buñuelos de hojas de remolacha

Calentar 30 gramos de manteca y saltear un diente de ajo y 100 gramos de cebolla.

Sumar 300 gramos de hojas de remolacha cortadas en tiras, previamente lavadas y escurridas.

Agregar 3 huevos, 300 gramos de harina, 1 cucharadita de polvo de hornear, 40 gramos de queso mozzarella y sal a gusto. Dejar reposar la mezcla por 25 minutos.

Freír los buñuelos en abundante aceite caliente y escurrir. Si no te gustan fritos, también puedes hacerlos al horno, pero procura colocarles un poquito de aceite por encima.

cocinar acelga

Croquetas de brócoli

En un bol grande, mezclar 2 tazas de cabos de brócoli hervidos y picados con 1 cebolla picada, 1 diente de ajo picado, 2 cucharadas de queso rallado y 2 huevos.

Unir con la ayuda de un tenedor y sumar 1 taza de harina leudante. Sazonar a gusto.

Con ayuda de dos cucharas, armar las croquetas en una placa para horno aceitada. Hornear por unos veinte minutos o hasta que estén dorados.

Chips de cáscaras de papa

Lavar muy bien 4 papas. Luego cepillarlas para quitar el exceso de tierra y cualquier otra suciedad que puedan contener las cáscaras.

Pelarlas y quitar el exceso de agua con papel absorbente o con un paño.

Calentar abundante aceite y freírlas. Retirar y secar sobre papel absorbente. Servirlas como snack o usarlas para decorar platos.

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