Alerta: Tus ojos pagan el precio del calentamiento global; diversos estudios y reportes recientes indican que la emergencia climática está contribuyendo al aumento de enfermedades oculares.

Factores como la intensificación de la radiación ultravioleta (UV), el incremento de la contaminación del aire y los cambios en los patrones climáticos están afectando la salud visual de las personas.

Radiación UV y cataratas

El aumento de la radiación UV, asociado al adelgazamiento de la capa de ozono, está vinculado a un mayor riesgo de cataratas y otras enfermedades oculares. La exposición prolongada a la radiación UV puede dañar la superficie ocular, provocando quemaduras solares en la córnea y acelerando el envejecimiento de los tejidos oculares.

Contaminación del aire y enfermedades oculares

La contaminación atmosférica, exacerbada por el cambio climático, puede irritar los ojos y empeorar condiciones como la sequedad ocular, la conjuntivitis y la degeneración macular. Las partículas en suspensión, el polvo y otros contaminantes afectan la calidad del aire y, por ende, la salud visual.

  • Alergias estacionales y conjuntivitis

Los cambios en los patrones climáticos pueden afectar la temporada de polinización de ciertas plantas, aumentando los niveles de polen en el aire. Esto puede provocar un aumento en los casos de conjuntivitis y otros trastornos relacionados con las alergias, especialmente en personas con sensibilidad al polen.
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  • Fenómenos meteorológicos extremos

Eventos climáticos extremos, como tormentas de polvo y huracanes, pueden provocar lesiones físicas en los ojos debido a la exposición a partículas de arena y vientos intensos. Durante estos eventos, existe el riesgo de sufrir abrasiones en la córnea y otras lesiones oculares traumáticas.

  • Infecciones oculares emergentes

El cambio climático está creando condiciones propicias para infecciones oculares. El tracoma, una enfermedad bacteriana asociada a la sequía y la falta de higiene, podría expandirse por nuevas regiones en África y Asia. Además, las tormentas de polvo, cada vez más frecuentes, también irritan los ojos y facilitan infecciones.

  • Sequedad ocular y altas temperaturas

Las altas temperaturas pueden provocar la evaporación de las lágrimas, resecando el ojo y comprometiendo su buen funcionamiento. Esto afecta especialmente a los pacientes con síndrome de ojo seco, ya que pueden ayudar a la evaporación de la película lagrimal. También es necesario destacar que con las altas temperaturas se hace un mayor uso de aires acondicionados y ventiladores que desecan y tienen un gran impacto en pacientes con síndrome de ojo seco.

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Recomendaciones para proteger la salud visual

Para mitigar los efectos del cambio climático en la salud ocular, se recomienda:

  1. Usar gafas de sol con protección UV para proteger los ojos de la radiación.
  2. Mantener los ojos hidratados con soluciones salinas o lágrimas artificiales.
  3. Limitar la exposición a ambientes con altos niveles de contaminación.
  4. Realizar revisiones oftalmológicas completas con regularidad para identificar cualquier anomalía.
  5. Promover la conciencia sobre el impacto del cambio climático en la salud ocular.

Adoptar estas medidas puede ayudar a proteger la salud visual en un entorno cambiante debido al calentamiento global.