La vida está llena de ironías. En la niñez tenemos energía y tiempo, pero no dinero. Durante la juventud tenemos dinero y energía, pero no hay tiempo. En la vejez es posible que el tiempo y el dinero estén de nuestro lado, pero la energía se ha ido. Por suerte, nuestro intelecto, nuestra inteligencia y curiosidad son algo que tenemos desde pequeños y podemos mantener hasta el último momento de nuestras vidas.

Pero, ¿en qué momento de la vida somos más inteligentes?

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matemáticas

Durante mucho tiempo se pensó que la edad mágica era 18 años. Hoy queda claro que mucho de lo que apuntaba a eso no es cierto. El motivo por el que se creía eso es que esa suele ser la edad en la que la gente termina la preparatoria y después de eso muchos dejan de estudiar y se insertan en el mundo laboral. También es la edad en la que legalmente se convierten en adultos en la mayor parte del mundo.

Un nuevo estudio del investigador Joshua Hartshorne ha confirmado que esa percepción ha sido errónea. En realidad, y a diferencia de las ficciones que vemos en la televisión y los libros, no tenemos una edad mágica en la que nuestro intelecto es mucho más activo y perspicaz que en cualquier otra etapa de nuestra vida. Más bien, tenemos distintos tipos de inteligencia que se desarrollan con el paso del tiempo.

Procesamiento de información

estudiantes universidad

Entre los 18 y 19 años la mayoría de la gente logra procesar más la información que encuentra. Si antes eso implicaba que alguien podía pasar horas en una biblioteca absorbiendo distintos tipos de información, imagina la capacidad de los jóvenes que hoy tienen Internet en su celular: pueden acceder a información ilimitada y procesarla de manera increíble.

Memoria a corto plazo

hombre que olvidó llaves en su auto

Al alcanzar el cuarto de siglo, a los 25 años, la gente llega a tener su máxima capacidad de memoria a corto plazo. Esta habilidad para recordar pequeños detalles es esencial en la vida laboral y es entendible que la gente de esa edad parezca perfecta para los nuevos empleos que se están creando, así como para los retos de las empresas que piden disposición y entrega. La memoria a corto plazo se mantiene por toda una década antes de comenzar a declinar.

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Comprensión de emociones ajenas

abrazo mujer y niña

Muchos dicen que las personas más grandes se vuelven blandas, pero en realidad aprenden a ser más empáticas. Nos toma décadas comprender que el resto de la gente vive y sufre como nosotros, y a veces incluso con mayor intensidad. Claro, tenemos la noción desde jóvenes, pero esto explica por qué muchas personas que se veían muy duras y frías tienen cambios radicales al entrar en sus cuarentas.

Incluso hay pruebas que demuestran que las personas de entre 60 y 75 años son mucho mejores que el resto en las pruebas de vocabulario.

Es importante dejar en claro que no es lo mismo conocimiento que inteligencia. Según Phillip L. Ackerman, “muchas tareas intelectualmente exigentes del mundo real no pueden realizarse sin un gran repertorio de conocimientos declarativos y habilidades procedimentales”.

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Fuente:

El Comercio

El Imparcial