El tiempo vuela. Quizás, hoy más que nunca, uno debe permanecer atento a lo que acontece a su alrededor. Los cambios suceden rápido y sin previo aviso. Hasta hace relativamente poco, este sendero del corazón malacitano estaba considerado como uno de los más peligrosos del planeta. Hoy en día transitar sus 7.7 kilómetros es una experiencia completamente distinta, aunque la seguridad actual no compromete la enorme belleza del entorno.

La historia de la senda se remonta a principios del siglo XX, cuando se pretendía construir un canal de agua entre dos presas, el Salto del Gaitanejo y el Salto del Chorro. Para ello se requería trazar un ‘caminito’ para los operarios, el material y facilitar las tareas de mantenimiento, y se le apellidó de esta forma porque fue inaugurada por el rey Alfonso XIII en 1921.

El acceso a esta impresionante ruta del sur de España se suele realizar desde el municipio de Ardales. Este itinerario lineal discurre paralelo al Río Guadalhorce por el Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes o como es popularmente conocido la ‘Garganta del Chorro’. Este ecosistema nos regala paredes verticales que alcanzan los 100 metros de altura que se aproximan hasta estar a menos de 10 metros de distancia. La altitud y la estrechez se fusionan en una combinación impactante.

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Los cambios estructurales de 2015 convirtieron la travesía en un camino apto para ‘casi’ todos los públicos, independientemente de la condición física. Más que dificultad en sí misma, aquí el gran desafío es superar el vértigo, hacer frente a la impresión que nos causa hallarnos a semejante altitud sobre una simple pasarela de maderas. Nos hace sentir pequeños, por momentos insignificantes, pero a la vez tremendamente valientes. Por un instante, intento imaginar el coraje de las personas que habilitaron esta vía con medios mucho más básicos que los presentes.

En el primer tramo se observan áreas forestales y los meandros del río Guadalhorce, cauce que motivó el levantamiento de esta épica vía. La segunda parte comienza con la caseta de guardia, momento en el que penetramos en el Desfiladero de Gaitanejo y donde la estrechez es tal que tenemos la sensación de poder tocar la pared opuesta del cañón con nuestras manos.

Posteriormente, descendemos a la zona de El Soto, que está prácticamente al nivel del río y presenta unas vistas privilegiadas de su trazado. Un poco más adelante llegamos al Tajo de las Palomas, lugar donde se encuentra el emblemático puente que cruzaba a la orilla opuesta. Este cruce está cerrado actualmente, pero el camino nos conduce al Valle del Hoyo, un bonito espacio abierto ubicado entre sierras.

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Tras este paréntesis alcanzamos uno de los puntos más deseados del camino: el Desfiladero de los Gaitanes. Después de unas 3 horas, llegamos a una pasarela colgada a 100 metros de altura sobre increíbles paredes de hasta 400 metros de alto. Ya solo nos quedará cruzar el increíble puente colgante que alcanza el otro costado para concluir nuestra aventura.

Respecto a la mejor fecha para tu visita depende en gran medida de tus preferencias, pues el recorrido está abierto todo el año. El verano en esta región española es muy caluroso, aunque esto no condiciona la afluencia de viajeros ya que es cuando existe un mayor tránsito de personas. El invierno no garantiza un tiempo agradable y puede obligar a desplazar tu marcha a través del túnel subterráneo de 300 metros, aunque gozarás de mayor tranquilidad y menor ajetreo. Quizás la mejor opción sea primavera u otoño, por la mañana temprano y entre semana, cuando la combinación de buen clima y número de turistas es, en principio, muy atractiva.

Por cierto, es imprescindible que compres tu entrada con antelación. La belleza, popularidad y número limitado de accesos de esta senda garantizan casi con total seguridad que los tickets escaseen si esperas demasiado, especialmente en temporada alta. Entre las posibles recomendaciones, además de que seas cuidadoso y respetes el entorno, es que disfrutes. Ten en cuenta de que estás en una de las vías más peligrosas del pasado reciente y en una de las más bellas del presente.

“El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad”, Pablo Picasso.